24/03/2019, 00:55
—Correcto. Está diseñada precisamente para que no necesites tener conocimiento alguno en fuuinjutsu para poder usarla. De lo contrario, a pocos podría ponérsela.
—Ajá, interesante. —«Joder, este tío es un puto genio», tuvo que reconocer, y le jodía.
—Mira, yo sé que por el momento tan solo has conocido la parte mala de mis sellados.
—Esa parte ha sido suficiente para que desee aprenderlos, aunque ando liado con muchísimas cosas... —Incluso había comenzado a plantearse, después de lo de Notsuba, si quizás estaba intentando abarcar tanto que había olvidado sus... raíces. Y ahora, esto.
—Pero sabes también que tengo mis luces, o no perderías el tiempo hablando conmigo ahora. Y esta técnica, a la que llamo la Hermandad Intrépida, es la cosa más pura que he creado en mi vida.
«Duda. Escepticismo. Duda otra vez.»
—Es más, ¿sabes cómo la creé? ¿Sabes por qué la cree, Daruu?
—A ver, sorpréndeme, mi querido Datsue el Segundo Sabio de los Seis Caminos.
Lo que vino a continuación, la verdad, le hizo alzar las cejas hasta el techo en varias ocasiones. ¿Un ataque programado por Ame? ¿La guerra? Si de verdad Akame había pensado eso a la hora de esposarle, debía estar como una puta regadera. ¡Como una puta regadera! Era evidente que Ayame había perdido el control por culpa de las provocaciones de Datsue. ¡Por Amenokami! Él mismo se le habría enganchado al gaznate como un lobo hambriento.
«Seguro que habría cortado la comunicación para no arriesgar su plan maestro de secuestrar a nuestra jinchuuriki», pensó Daruu, cínico, haciendo rodar los ojos. Porque para Daruu, como Datsue con Yui, perdonar a Akame, entendero o justificarlo era imposible. Pero ahora daba igual, porque estaba muerto.
O todos creían que estaba muerto, ¿eh? Quizás el futuro le aguardase alguna sorpresa. Fuese como fuere, ninguno de los dos podrían saberlo en ese momento.
»Por eso cree este fuuinjutsu. No para misiones, ni infiltraciones ni tener un medio efectivo para comunicarse en batalla. Sino precisamente para que estas no tengan que producirse. Por una vez, quise traer al mundo algo que uniese y no separase. Y esa, Daruu, esa es la verdad. Ahora queda en tus manos aceptar el sello o no.
Joder, debía reconocer que, fuesen sinceras o no sus palabras, el tío sabía hablar, montar el escenario y camelarse a un público. Daruu chasqueó la lengua.
—Bah, qué coño. De algo hay que morirse —dramatizó—. Pero tiene que ser en un sitio que no se vea.
Dio un paso atrás y miró a Datsue de arriba a abajo.
»Pero... ¿te gustaban las mujeres, no? No vale toquetear, ¿eh? Que en la isla dudé.
—Ajá, interesante. —«Joder, este tío es un puto genio», tuvo que reconocer, y le jodía.
—Mira, yo sé que por el momento tan solo has conocido la parte mala de mis sellados.
—Esa parte ha sido suficiente para que desee aprenderlos, aunque ando liado con muchísimas cosas... —Incluso había comenzado a plantearse, después de lo de Notsuba, si quizás estaba intentando abarcar tanto que había olvidado sus... raíces. Y ahora, esto.
—Pero sabes también que tengo mis luces, o no perderías el tiempo hablando conmigo ahora. Y esta técnica, a la que llamo la Hermandad Intrépida, es la cosa más pura que he creado en mi vida.
«Duda. Escepticismo. Duda otra vez.»
—Es más, ¿sabes cómo la creé? ¿Sabes por qué la cree, Daruu?
—A ver, sorpréndeme, mi querido Datsue el Segundo Sabio de los Seis Caminos.
Lo que vino a continuación, la verdad, le hizo alzar las cejas hasta el techo en varias ocasiones. ¿Un ataque programado por Ame? ¿La guerra? Si de verdad Akame había pensado eso a la hora de esposarle, debía estar como una puta regadera. ¡Como una puta regadera! Era evidente que Ayame había perdido el control por culpa de las provocaciones de Datsue. ¡Por Amenokami! Él mismo se le habría enganchado al gaznate como un lobo hambriento.
«Seguro que habría cortado la comunicación para no arriesgar su plan maestro de secuestrar a nuestra jinchuuriki», pensó Daruu, cínico, haciendo rodar los ojos. Porque para Daruu, como Datsue con Yui, perdonar a Akame, entendero o justificarlo era imposible. Pero ahora daba igual, porque estaba muerto.
O todos creían que estaba muerto, ¿eh? Quizás el futuro le aguardase alguna sorpresa. Fuese como fuere, ninguno de los dos podrían saberlo en ese momento.
»Por eso cree este fuuinjutsu. No para misiones, ni infiltraciones ni tener un medio efectivo para comunicarse en batalla. Sino precisamente para que estas no tengan que producirse. Por una vez, quise traer al mundo algo que uniese y no separase. Y esa, Daruu, esa es la verdad. Ahora queda en tus manos aceptar el sello o no.
Joder, debía reconocer que, fuesen sinceras o no sus palabras, el tío sabía hablar, montar el escenario y camelarse a un público. Daruu chasqueó la lengua.
—Bah, qué coño. De algo hay que morirse —dramatizó—. Pero tiene que ser en un sitio que no se vea.
Dio un paso atrás y miró a Datsue de arriba a abajo.
»Pero... ¿te gustaban las mujeres, no? No vale toquetear, ¿eh? Que en la isla dudé.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)