Este foro utiliza cookies
Este foro utiliza cookies para guardar tu información de inicio de sesión si estás registrado, y tu última visita si no lo estás. Las cookies son pequeños documentos de texto guardados en tu ordenador; las cookies establecidas por este foro sólo pueden ser utilizadas en este mismo sitio y no poseen riesgos de seguridad. Las cookies de este foro también llevan un registro de los temas que has leído y cuándo fue la última vez que los leíste. Los administradores NO tienen acceso a esta información, sólo TU NAVEGADOR. Por favor confirma si aceptas el establecimiento de estas cookies.

Se guardará una cookie en tu navegador sea cual sea tu elección para no tener que hacerte esta pregunta otra vez. Podrás cambiar tus ajustes sobre cookies en cualquier momento usando el link en el pie de página.
Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#7
¿Raito-sensei?

La figura atlética y delgada de Akame se recortó al trasluz de la puerta. Vestía con el uniforme de shinobi reglamentario de la Villa, al que añadía —gracias a su rango— un chaleco militar y una bonita placa dorada anudada en el hombro izquierdo. Llevaba todavía sus portaobjetos, a la cintura y en el muslo derecho, lo que parecía indicar que no hacía mucho que había llegado a casa. Su bandana del Remolino, como siempre, reluciendo en su frente con un impecable nudo realizado tras la cabeza. Sus botas ninja de color negro crujieron levemente cuando el Uchiha se apartó para dejar pasar al que hubiese sido su superior y maestro.

¿Puedo hacer algo por usted? —preguntó, diligente.

Akame había aprendido muchas cosas junto a aquel hombre. A ser mejor ninja, a ser mejor guerrero, a ser mejor Uchiha; a ser mejor persona. Raito había compartido mucha información con él acerca de los poderes que se ocultaban en su sangre, pero también le había instruído en el lado filosófico y ético de quien se ve con la potestad de blandirlo. "Un gran poder conlleva una gran responsabilidad"; y Akame había demostrado ser un buen pupilo. Siempre presto para dar el servicio a su Aldea, siempre atento, siempre dispuesto a sacrificarse. El veterano jōnin le había enseñado a sobrellevar muchos aspectos de la dura vida de un shinobi, aquellos que no salían en los libros, los que tenían que ver con las cosas que había debajo de la piel. No en vano, el jovencito Akame se había enamorado de la otra aprendiz de Raito; Yume. Y éste, sabiamente, no había querido dejar al azar aquellas cosas que tan fácilmente podían torcer el camino del ninja.

El apartamento de Akame lucía tan limpio y ordenado como siempre. Su vieja espada yacía sobre la mesa del salón-cocina, protegida por su funda bandolera, y al fuego hervía una olla de tallarines instantáneos que desprendía un ligero olor a pollo. Al otro lado de la estancia reposaba una estantería de madera repleta de libros de diversa índole, desde manuales de Ninjutsu avanzado hasta viejas bibliografías de historiadores especializados en el linaje Uchiha, pasando por varias conocidas novelas de ficción y fantasía. Junto a la estantería, un sofá de dos plazas, y frente a éste una mesita baja que Akame usaba para comer cuando estaba en casa. La luz amarilla de la lámpara de techo iluminaba la estancia, bañándola con su cálido manto. Pese a ser Invierno, la calefacción no estaba puesta.

El jōnin esperó a que su maestro pasara para cerrar la puerta tras él. Luego se quedó allí, de pie, interrogándole con la mirada. Raito siempre le citaba en algún lugar de la Aldea, nunca había ido a su casa. «¿Será algo importante?»
Diálogo - «Pensamiento» - Narración

Mangekyō utilizado por última vez: Flama, Verano de 220

¿Eres nuevo en el rol? ¡Echa un vistazo a mi Compendio de Buenas Prácticas!
Responder


Mensajes en este tema
RE: Crónica de una Muerte Anunciada - por Uchiha Akame - 26/03/2019, 19:32


This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.