26/03/2019, 22:29
—… Pero todavía seguimos siendo el dúo más famoso de Uzu no Kuni, no te preocupes, Raito-sensei. No habrá amejin ni kusajin que pueda con nosotros.
Akame sonrió, y Raito, por una vez, rompió su eterno semblante serio para imitarle. Aunque su sonrisa, pensó Akame, tenía un matiz triste. No era por la forma de su sonrisa, o por su expresión, sino por la sombra que había en sus ojos.
—De hecho, estoy a punto de hacer un gran avance en mi entrenamiento, Raito-sensei... Estoy a punto de dominar el Susano'o.
Raito alzó las cejas, sorprendido.
—Así que casi, ¿huh? —Nadie podía negar que Uchiha Akame era un niño prodigio. Él a su edad no había alcanzado ni la mitad de cosas—. Bah, no sé de qué me sorprendo. Vosotros dos siempre vais a la par. —Todavía recordaba cómo Datsue lo había usado en el combate de Chūnin—. Aunque se te adelantó unos meses. —Eso era inusual. Solía pasar al revés—. Lo cual, ahora que lo pienso, tampoco me sorprende. No para el Susano’o.
Oh, porque el Susano’o no era como el resto de técnicas. No era una que se consiguiese mediante un entrenamiento férreo y una dedicación y voluntad de hierro. No, el Susano’o se alimentaba de las emociones. Esas que un profesional como Akame se encargaba de someter con puñetazos disciplinados y rigurosos. Sí, había sufrido la pérdida de Koko. Una gran llama que podía alumbrar a un Dios. Pero luego había conocido a Yume, y no creía que la hubiese alimentado como Datsue, quien de un año para aquí, no había hecho otra cosa que vivir en el odio y el rencor. Y esos, eran poderosos combustibles.
—Bueno —dio otra rápida calada—, vamos. Nos esperan en el edificio del Uzukage, Akame.
Akame sonrió, y Raito, por una vez, rompió su eterno semblante serio para imitarle. Aunque su sonrisa, pensó Akame, tenía un matiz triste. No era por la forma de su sonrisa, o por su expresión, sino por la sombra que había en sus ojos.
—De hecho, estoy a punto de hacer un gran avance en mi entrenamiento, Raito-sensei... Estoy a punto de dominar el Susano'o.
Raito alzó las cejas, sorprendido.
—Así que casi, ¿huh? —Nadie podía negar que Uchiha Akame era un niño prodigio. Él a su edad no había alcanzado ni la mitad de cosas—. Bah, no sé de qué me sorprendo. Vosotros dos siempre vais a la par. —Todavía recordaba cómo Datsue lo había usado en el combate de Chūnin—. Aunque se te adelantó unos meses. —Eso era inusual. Solía pasar al revés—. Lo cual, ahora que lo pienso, tampoco me sorprende. No para el Susano’o.
Oh, porque el Susano’o no era como el resto de técnicas. No era una que se consiguiese mediante un entrenamiento férreo y una dedicación y voluntad de hierro. No, el Susano’o se alimentaba de las emociones. Esas que un profesional como Akame se encargaba de someter con puñetazos disciplinados y rigurosos. Sí, había sufrido la pérdida de Koko. Una gran llama que podía alumbrar a un Dios. Pero luego había conocido a Yume, y no creía que la hubiese alimentado como Datsue, quien de un año para aquí, no había hecho otra cosa que vivir en el odio y el rencor. Y esos, eran poderosos combustibles.
—Bueno —dio otra rápida calada—, vamos. Nos esperan en el edificio del Uzukage, Akame.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado