27/03/2019, 01:29
—¿Tu... entrada? ¿A qué te refie...?
Giró las llaves y abrió la puerta del piso de arriba. ¡Puff! Pero qué día, ¡por favor! La Pastelería de Kiroe-chan marchaba viento en popa últimamente, pero es que ese día hasta ese momento no había tenido tiempo ni de subir para hacer pis. ¡Madre mía, qué ajetreo! Tenía que haberle pedido a Daruu que bajase a ayudar. Aunque últimamente lo veía tan agotado por el entrenamiento que... «Nah, mejor no, pobrecillo.» Además, estaba contenta. Ahora apreciaba mucho más la vida que tenía. Cuando perdió los ojos, sintió que lo había perdido casi todo. Es verdad eso que dicen, que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. «Imagínate las personas que nacen sin vista...» Se preguntó si la medicina ninja habría inventado también algún método para ayudar a personas ciegas de nacimiento. Eso estaría genial. Tendría que preguntarle a Zetsuo. «Bua, ya me lo estoy imaginando... "¿Otra preguntita? ¡Me tienes hasta los huevos, pastelera!"». Se dio cuenta de que se había imaginado la reacción poniéndole la voz en su propia cabeza: una ridícula mezcla entre la suya propia y la de él, y eso que ya que imaginas te puedes imaginar la de verdad. Además, inconscientemente, se había puesto a hacer muecas extrañas con los brazos en jarra y la boca arqueada, como imitando su cara de pasa.
«Bueno. Pues a hacer pis. Y a otra cosa, mariposa». Kiroe se sentó en la taza del retrete, hizo pis y luego se lavó las manos, canturreando una canción alegre. Salió del baño, y se dirigió a la puerta. ¡Había tantas cosas que hac...!
—¡¡¡YEEEEEEEEEEEHHHAAAAAAAAAAAAA!!!
—¡¡HOSTIAPUTA PEROQUÉ
—¡¡¡Yeeeeehhaaaaaa, sí!!! ¡Buuuala, muy bien! ¡Así se hace! —fingió Daruu, sudando por todos los poros, con el sello desactivado, ante la atónita mirada de su madre.
—¿¡Pero tú estás tonto!?
«Tonto no, lo que estoy ahora es medio sordo. El tontolapolla es otro.»
—¡Buah, mamá! ¡En este capítulo Shouta se carga al fin al Jounin de Zafiro! —dijo, señalando la página y golpeándola con el dedo índice más fuerte de lo que sería necesario—. ¡Ay, ay, lo siento, es que me he emocionado!
—¡Gilipollas, pero qué susto me has dado!
—¡Perdón, perdón!
—Bueno, yo me voy a la cafetería que bastante tengo ya. Ay, Amenokami mío, qué te hice yo para tener a este hijo.
Bum.
Daruu suspiró de alivio, y se tumbó en la cama, dándole la espalda a la puerta. Activó el sello.
—¿¡Pero tú estás loco!? —susurró—. ¡Gilipollas! ¡Que te ha oído mi madre, joder! ¡No me pidas a mi susurrar y después te pongas a gritar! ¡Que esta mierda suena una barbaridad!
»O al menos apaga el puto sello si vas a hacerlo. Oye, si viene mi madre otra vez te diré corta.
· · ·
Giró las llaves y abrió la puerta del piso de arriba. ¡Puff! Pero qué día, ¡por favor! La Pastelería de Kiroe-chan marchaba viento en popa últimamente, pero es que ese día hasta ese momento no había tenido tiempo ni de subir para hacer pis. ¡Madre mía, qué ajetreo! Tenía que haberle pedido a Daruu que bajase a ayudar. Aunque últimamente lo veía tan agotado por el entrenamiento que... «Nah, mejor no, pobrecillo.» Además, estaba contenta. Ahora apreciaba mucho más la vida que tenía. Cuando perdió los ojos, sintió que lo había perdido casi todo. Es verdad eso que dicen, que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. «Imagínate las personas que nacen sin vista...» Se preguntó si la medicina ninja habría inventado también algún método para ayudar a personas ciegas de nacimiento. Eso estaría genial. Tendría que preguntarle a Zetsuo. «Bua, ya me lo estoy imaginando... "¿Otra preguntita? ¡Me tienes hasta los huevos, pastelera!"». Se dio cuenta de que se había imaginado la reacción poniéndole la voz en su propia cabeza: una ridícula mezcla entre la suya propia y la de él, y eso que ya que imaginas te puedes imaginar la de verdad. Además, inconscientemente, se había puesto a hacer muecas extrañas con los brazos en jarra y la boca arqueada, como imitando su cara de pasa.
«Bueno. Pues a hacer pis. Y a otra cosa, mariposa». Kiroe se sentó en la taza del retrete, hizo pis y luego se lavó las manos, canturreando una canción alegre. Salió del baño, y se dirigió a la puerta. ¡Había tantas cosas que hac...!
—¡¡¡YEEEEEEEEEEEHHHAAAAAAAAAAAAA!!!
—¡¡HOSTIAPUTA PEROQUÉ
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—¡¡¡Yeeeeehhaaaaaa, sí!!! ¡Buuuala, muy bien! ¡Así se hace! —fingió Daruu, sudando por todos los poros, con el sello desactivado, ante la atónita mirada de su madre.
—¿¡Pero tú estás tonto!?
«Tonto no, lo que estoy ahora es medio sordo. El tontolapolla es otro.»
—¡Buah, mamá! ¡En este capítulo Shouta se carga al fin al Jounin de Zafiro! —dijo, señalando la página y golpeándola con el dedo índice más fuerte de lo que sería necesario—. ¡Ay, ay, lo siento, es que me he emocionado!
—¡Gilipollas, pero qué susto me has dado!
—¡Perdón, perdón!
—Bueno, yo me voy a la cafetería que bastante tengo ya. Ay, Amenokami mío, qué te hice yo para tener a este hijo.
Bum.
Daruu suspiró de alivio, y se tumbó en la cama, dándole la espalda a la puerta. Activó el sello.
—¿¡Pero tú estás loco!? —susurró—. ¡Gilipollas! ¡Que te ha oído mi madre, joder! ¡No me pidas a mi susurrar y después te pongas a gritar! ¡Que esta mierda suena una barbaridad!
»O al menos apaga el puto sello si vas a hacerlo. Oye, si viene mi madre otra vez te diré corta.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)