29/03/2019, 04:03
—Lo del examen de Chūnin fue algo de lo que sólo yo tuve la culpa. Nunca tuve que dejarme llevar por tus... provocaciones.
Ah, bien. Una cosa menos de la que discutir. Porque, en parte, Datsue estaba de acuerdo. Oh, sí, lo estaba, más allá de que sí se arrepintiese de empujarla a eso. Lo estaba, porque además Ayame ya había sufrido una semana atrás de un susto con cierto Inuzuka que la debía haber mentalizado para no volver a perder el control. Claro que la vida era mucho más que una suma de decisiones lógicas y frías, y el Uchiha, desde luego, no era el indicado para dar lecciones a nadie sobre no dejarse llevar por las emociones.
Eso sí, consideró que era una de esas raras ocasiones en las que era mejor no mostrar abiertamente que estabas de acuerdo con el interlocutor. «Cara de póquer, Datsue. La cara de póquer siempre es jugada segura».
Luego, Ayame empezó con una serie de acusaciones muy duras sobre su persona. Duras e indignantes. Lo peor es que todas ellas eran ciertas. Todas salvo…
—Tú... tú deseaste que me quedara encerrada dentro de Kokuō para siempre.
Ah, no. Eso sí que no. Pero mejor ir por partes.
—Mucho de lo que dices es cierto… Estaba en una época muy jodida y frustrada. Por Shukaku, por lo de Aiko… Y creo, creo que focalicé todo el rencor que tenía de Ame en ti. —Se dio cuenta de lo que estaba haciendo, y torció el gesto—. ¿Sabes? No debería estar justificándome y soltando excusas. Sí, obré mal, lo sé. Pero… —Pero Datsue no podía evitar poner un pero—. Pero me las devolviste, ¿hmm?
»La bolita de fuego, no me digas que te dio algo más que el susto, porque era más pequeña que la lista de misiones cumplidas con éxito de un kusareño. —Y eso, era mucho decir—. ¿Y el Henge? Bueno, el karma y tu Arashikage se encargó de devolvérmela. ¿No te contaron que mandó una carta a Hanabi, y que en cuanto yo la toqué, estalló en un tsunami que nos dio a los dos? Degradación inmediata a Gennin, claro. ¿Lo del hilo? Lo del hilo podría negártelo. Porque decirte que simplemente rompió, y no tendrías pruebas para demostrar lo contrario. Pero para que veas que soy sincero… Sí, corté el hilo para que no descubrieses lo del brick con el humo. ¡Pero porque sabía que no te haría daño! —se justificó—. Luché codo a codo con Kaido, y te había visto usar su mismo poder en nuestro primer encuentro. ¡Sabía que te harías agua y no tendrías ni un rasguño! Ah, pero cuando me cortaste el hilo a mí… Yo no tenía seguro de vida. —Había tenido suerte en ser precavido y mandar a un clon. Mucha suerte.
Luego, claro, estaba la acusación final.
—Te puedo aceptar todas esas, sí, pero no lo último —dijo, firme, negando con la cabeza—. ¡Vamos, Ayame! ¡Me conoces un poco! ¡Sabes que soy un liante! Si de verdad quería que te quedases encerrada dentro de Kokuō para siempre, ¿para qué volví? ¿Para qué me jugué el pellejo enfrentándome a Kokuō y sus jodidas bijūdamas?
Ah, bien. Una cosa menos de la que discutir. Porque, en parte, Datsue estaba de acuerdo. Oh, sí, lo estaba, más allá de que sí se arrepintiese de empujarla a eso. Lo estaba, porque además Ayame ya había sufrido una semana atrás de un susto con cierto Inuzuka que la debía haber mentalizado para no volver a perder el control. Claro que la vida era mucho más que una suma de decisiones lógicas y frías, y el Uchiha, desde luego, no era el indicado para dar lecciones a nadie sobre no dejarse llevar por las emociones.
Eso sí, consideró que era una de esas raras ocasiones en las que era mejor no mostrar abiertamente que estabas de acuerdo con el interlocutor. «Cara de póquer, Datsue. La cara de póquer siempre es jugada segura».
Luego, Ayame empezó con una serie de acusaciones muy duras sobre su persona. Duras e indignantes. Lo peor es que todas ellas eran ciertas. Todas salvo…
—Tú... tú deseaste que me quedara encerrada dentro de Kokuō para siempre.
Ah, no. Eso sí que no. Pero mejor ir por partes.
—Mucho de lo que dices es cierto… Estaba en una época muy jodida y frustrada. Por Shukaku, por lo de Aiko… Y creo, creo que focalicé todo el rencor que tenía de Ame en ti. —Se dio cuenta de lo que estaba haciendo, y torció el gesto—. ¿Sabes? No debería estar justificándome y soltando excusas. Sí, obré mal, lo sé. Pero… —Pero Datsue no podía evitar poner un pero—. Pero me las devolviste, ¿hmm?
»La bolita de fuego, no me digas que te dio algo más que el susto, porque era más pequeña que la lista de misiones cumplidas con éxito de un kusareño. —Y eso, era mucho decir—. ¿Y el Henge? Bueno, el karma y tu Arashikage se encargó de devolvérmela. ¿No te contaron que mandó una carta a Hanabi, y que en cuanto yo la toqué, estalló en un tsunami que nos dio a los dos? Degradación inmediata a Gennin, claro. ¿Lo del hilo? Lo del hilo podría negártelo. Porque decirte que simplemente rompió, y no tendrías pruebas para demostrar lo contrario. Pero para que veas que soy sincero… Sí, corté el hilo para que no descubrieses lo del brick con el humo. ¡Pero porque sabía que no te haría daño! —se justificó—. Luché codo a codo con Kaido, y te había visto usar su mismo poder en nuestro primer encuentro. ¡Sabía que te harías agua y no tendrías ni un rasguño! Ah, pero cuando me cortaste el hilo a mí… Yo no tenía seguro de vida. —Había tenido suerte en ser precavido y mandar a un clon. Mucha suerte.
Luego, claro, estaba la acusación final.
—Te puedo aceptar todas esas, sí, pero no lo último —dijo, firme, negando con la cabeza—. ¡Vamos, Ayame! ¡Me conoces un poco! ¡Sabes que soy un liante! Si de verdad quería que te quedases encerrada dentro de Kokuō para siempre, ¿para qué volví? ¿Para qué me jugué el pellejo enfrentándome a Kokuō y sus jodidas bijūdamas?
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado