30/03/2019, 01:06
¡Bien, joder, bien! ¡Lo había bordado! No tenía necesidad de que Daruu o nadie se lo dijese. Cuando a uno le salían las cosas bien, lo sentía. Ahora, la pelota estaba en el tejado de Ayame, y él ya nada podría hacer para…
—Mejor ten cuidado cuando hables de Kokuo...
«¿Ehm? ¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué tengo que…?»
—No puedo explicarte por qué. Pero hazme caso. Llegado al momento... podremos contártelo.
A Datsue no le quedó más remedio que fiarse de sus palabras, por extrañas que le pareciesen. Después de todo, en la operación Palomas Blancas, Daruu era el capitán del escuadrón. Debía obedecerle con la misma eficiencia y rapidez con que lo haría con un superior. Estadísticamente, estaba más que comprobado que así era cómo se obtenían los mejores resultados en misiones de cualquier índole.
Acto seguido, Ojo Blanco le detalló minuciosamente cuáles debían ser sus próximos movimientos. Dado ya el primer mazazo de frente, y aprovechando el aturdimiento del rival, era el momento de avisar a la caballería pesada para que surgiese desde el flanco y atacase con todo. Aprovechando la confusión generada y el ataque por la retaguardia, Datsue debía volver a reagrupar a sus tropas para liderarlas hacia un gran ataque final.
«¡Lo tengo, Ojo Blanco! ¡Lo tengo!»
—Y para que veas que voy en serio, Ayame, quiero que sepas que ya hice las paces con Daruu. —Oh, y ahí hacía sonar el cuerno de guerra para que Daruu saliese de la colina en una carga enfurecida—. Sí, lo sé, cuesta creerlo, ¿eh? Pero, ¿qué otra razón habría, Ayame, que no fuese el que hicimos las paces, para que Daruu me regalase… esto? —Datsue sacó de su portaobjetos el kunai con la marca de Daruu, enseñándosela. Ese kunai era, precisamente, la primera lanza de la caballería—. Y, ¿sabes qué más? Él me dijo… Me dijo que le gustaría que me dieses una oportunidad. Como él se la dio a Eri, gracias a…
»…ti.
Pam. ¡Pam! ¡PAM!
Si alguien hubiese grabado aquello, Datsue no se cansaría de verse una y otra vez en la pantalla del televisor maravillado por semejante espectáculo. No era por echarse flores, pero había sido perfecto, sencillamente perfecto. Un movimiento de pinza —también conocido como doble envolvimiento—, con el que todo estratega soñaba con realizar una vez en la vida. Una ejecución limpia, por un flanco, por el otro, la retaguardia, de frente… Simplemente…
Simplemente orgásmico.
—Mejor ten cuidado cuando hables de Kokuo...
«¿Ehm? ¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué tengo que…?»
—No puedo explicarte por qué. Pero hazme caso. Llegado al momento... podremos contártelo.
A Datsue no le quedó más remedio que fiarse de sus palabras, por extrañas que le pareciesen. Después de todo, en la operación Palomas Blancas, Daruu era el capitán del escuadrón. Debía obedecerle con la misma eficiencia y rapidez con que lo haría con un superior. Estadísticamente, estaba más que comprobado que así era cómo se obtenían los mejores resultados en misiones de cualquier índole.
Acto seguido, Ojo Blanco le detalló minuciosamente cuáles debían ser sus próximos movimientos. Dado ya el primer mazazo de frente, y aprovechando el aturdimiento del rival, era el momento de avisar a la caballería pesada para que surgiese desde el flanco y atacase con todo. Aprovechando la confusión generada y el ataque por la retaguardia, Datsue debía volver a reagrupar a sus tropas para liderarlas hacia un gran ataque final.
«¡Lo tengo, Ojo Blanco! ¡Lo tengo!»
—Y para que veas que voy en serio, Ayame, quiero que sepas que ya hice las paces con Daruu. —Oh, y ahí hacía sonar el cuerno de guerra para que Daruu saliese de la colina en una carga enfurecida—. Sí, lo sé, cuesta creerlo, ¿eh? Pero, ¿qué otra razón habría, Ayame, que no fuese el que hicimos las paces, para que Daruu me regalase… esto? —Datsue sacó de su portaobjetos el kunai con la marca de Daruu, enseñándosela. Ese kunai era, precisamente, la primera lanza de la caballería—. Y, ¿sabes qué más? Él me dijo… Me dijo que le gustaría que me dieses una oportunidad. Como él se la dio a Eri, gracias a…
»…ti.
Pam. ¡Pam! ¡PAM!
Si alguien hubiese grabado aquello, Datsue no se cansaría de verse una y otra vez en la pantalla del televisor maravillado por semejante espectáculo. No era por echarse flores, pero había sido perfecto, sencillamente perfecto. Un movimiento de pinza —también conocido como doble envolvimiento—, con el que todo estratega soñaba con realizar una vez en la vida. Una ejecución limpia, por un flanco, por el otro, la retaguardia, de frente… Simplemente…
Simplemente orgásmico.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado