30/03/2019, 02:31
Kincho empezó a mutar, de pronto, en sus maneras. Agachó ligeramente la cabeza, encorvó la espalda y cogió de pronto ese temple desconfiado que por lo general le envolvía.
—Él est-at-a biiien. Dormirá pa...plácidamente hasta que hayamos te-terminado —Kaido sonrió por última vez de forma impropia a su nuevo reflejo y finalmente trató de convertirse en el Kisho de antes—. si-sigamos.
Finalmente, se echó a caminar.
Unos metros más tarde, sintió la necesidad de acercarse hasta Muñeca y hablar con ella.
»¿Estás bien? —preguntó, como el hermano mayor que, aún hastiado de su fastidioso hermano menor, que le delataba con sus padres cada vez que tenía la oportunidad de joderlo; siempre vela por su cuidado.
—Él est-at-a biiien. Dormirá pa...plácidamente hasta que hayamos te-terminado —Kaido sonrió por última vez de forma impropia a su nuevo reflejo y finalmente trató de convertirse en el Kisho de antes—. si-sigamos.
Finalmente, se echó a caminar.
Unos metros más tarde, sintió la necesidad de acercarse hasta Muñeca y hablar con ella.
»¿Estás bien? —preguntó, como el hermano mayor que, aún hastiado de su fastidioso hermano menor, que le delataba con sus padres cada vez que tenía la oportunidad de joderlo; siempre vela por su cuidado.