Palomas blancas

[Uchiha Datsue]

—No.

En ese momento, debió sentir lo que Daruu cuando él le rechazó la mano por primera vez. La mano de Datsue, que se mantuvo en el aire por unos incómodos instantes, volvió a su posición al no encontrar compañera.

Entonces, Ayame matizó su negativa. No iba tanto por no hacer las paces, sino por su loca idea de juntarse los tres e ir a por los Generales. Es más, fue un paso más allá y aseguró que no tendrían ninguna opción contra ellos. Sí, lo sabía. Sabía que a Ayame la habían tumbado de un golpe. Sabía que, con toda probabilidad, la diferencia de nivel era demasiado grande. Pero es que le daba igual. ¡Le daba igual! Si tenía que morir para vengar a su Hermano, lo haría. Si tenía que perder la cabeza por simplemente conseguir una mínima oportunidad, ¡solo una!, de alcanzar su venganza, lo haría.

Lo juraba, lo juraba, lo juraba…

Daruu se interpuso entre los dos, dando y quitando la razón a ambos. Él sí creía que pudiesen hacer frente a los Generales, pero no consideraba que juntar a los tres jinchuurikis para ir a por ellos fuese una buena idea. Datsue tampoco. Iba a tener que aclarar sus palabras, porque obviamente había dado a entender algo que no era.

—Bueno, quizá me emocioné demasiado con lo de hacer equipo. —Y no, no olvidaba a Daruu. Lo que pasa que decir el Equipo de Guardianes sonaba más… chulo—. Lo que quería decir con la Alianza de Jinchuurikis no era juntarnos e ir a por los Generales poniéndoles en bandeja a los tres bijuus de una sentada. Es más, yo tengo órdenes de no buscarles, y las pienso cumplir. —Otra cosa era que le encontrasen a él. Y Datsue, por el momento, no iba a hacer nada para poner trabas a eso—. Sino más bien que nos ayudásemos en caso de necesidad. Que mantuviésemos un contacto directo. Que… cooperásemos más allá de un encuentro casual. Por ejemplo, pasando información de los Generales con los que nos crucemos. Aspecto, habilidades… hasta el más mínimo detalle. O si nos encontramos con un General, chivarnos en el momento para estar alerta. Avisarnos de que… —miró a Daruu—. Llueve nueve.

¿Por qué le había dicho Daruu que había llovido nueve? ¿Era una señal para sacar el tema de su jutsu de Hermandad Intrépida? Él era lo que planeaba con eso de la Alianza de Guardianes, pero pensaba que era mejor dejarlo… para más adelante. Si lo sacaban ahora, corrían el riesgo de que Ayame se enterase de que lo habían estado usando para hacer las paces con ella.

Y eso, era peligroso. Muy peligroso.