1/04/2019, 00:53
Aunque no fue Datsue quien respondió a su pregunta, pues Daruu se le adelantó.
—Cuando hicimos las paces Datsue y yo hablamos sobre cómo mantener contacto y poder ayudarnos si veíamos a uno de los Generales. Yo le di a Datsue el kunai con mi marca para ayudarle si le atacaba un General —aunque mira, ha servido para esto—. Y él me... ayudó con otra de sus técnicas. Un comunicador que funciona a cualquier distancia. Llueve nueve es nuestra frase en clave para establecer contacto, no vaya a ser que mi madre esté husmeando... ¿Ya sabes como se pone de cotilla, no? —rio, mirándola directamente.
Pero Ayame no le continuó la broma. Tenía el ceño tan fruncido como su padre cuando se enfadaba. Y es que su cerebro estaba hilando hilos y encajando piezas a toda velocidad...
—Ayame, igual deberíamos estar los tres en ese comunicador. Estoy cansado de tener enemigos en las otras aldeas, ¿por qué no podemos ser todos amigos como con Eri? Eri es amiga de Datsue también así que... a lo mejor podemos. A lo mejor se puede. Datsue, ¿le... explicas lo del comunicador?
—¿Lo del comunicador? Ehm… Sí, claro —intervino el Uchiha, que le había tocado la parte del vendedor carismático—. Pues verás, sabes los teléfonos que hay en las Villas, ¿no? Pues imagínate tener un teléfono… móvil. Uno que puedas llevarte a todas partes, pegado a ti. Ni siquiera necesitas marcar ningún número para hablar con otra persona, lo único que necesitas es compartir el mismo tipo de teléfono para poder hablar con ella. Como si estuvieseis sintonizados al mismo canal de radio con un comunicador, vaya. Lo bueno de este comunicador mío, es que no se le gasta la batería. Ni tiene límite de distancia. Se activa con un mínimo gasto de chakra, ¡y listo! Imagínate los beneficios que hay manteniendo este tipo de contacto. Yo ya lo tengo con Juro, de hecho. Y es que me parece super importante. ¡Oye, que me está atacando un General! Pues va Daruu y aparece con su técnica de teletransporte. O intentamos mandar refuerzos. O lo que sea.
Y, como el vendedor carismático que era, Datsue pintó de flores y colores aquel supuesto comunicador. Y Ayame, como la cliente que ya ha sufrido más de un desengaño por la misma compañía, no puso sino recelar ante sus dulces palabras. Pero eso es algo que dejaría más tarde, porque otra cosa había llamado su atención. Giró la cabeza lentamente hacia Daruu.
—Así que nos has estado escuchando todo el tiempo —siseó, tan peligrosa como una serpiente de cascabel, y con el brazo que sostenía el papel doblado aún flexionado junto a su rostro.
¿Cómo si no había decidido aparecer en aquel momento tan crucial? ¿Cómo si no había sabido responder a su pregunta si se suponía que se encontraba a decenas de kilómetros de allí? Datsue debía de haber establecido contacto con él antes de entrar en contacto con ella, pues no le había escuchado pronunciar aquel "llueve nueve" durante su conversación.
—Cuando hicimos las paces Datsue y yo hablamos sobre cómo mantener contacto y poder ayudarnos si veíamos a uno de los Generales. Yo le di a Datsue el kunai con mi marca para ayudarle si le atacaba un General —aunque mira, ha servido para esto—. Y él me... ayudó con otra de sus técnicas. Un comunicador que funciona a cualquier distancia. Llueve nueve es nuestra frase en clave para establecer contacto, no vaya a ser que mi madre esté husmeando... ¿Ya sabes como se pone de cotilla, no? —rio, mirándola directamente.
Pero Ayame no le continuó la broma. Tenía el ceño tan fruncido como su padre cuando se enfadaba. Y es que su cerebro estaba hilando hilos y encajando piezas a toda velocidad...
—Ayame, igual deberíamos estar los tres en ese comunicador. Estoy cansado de tener enemigos en las otras aldeas, ¿por qué no podemos ser todos amigos como con Eri? Eri es amiga de Datsue también así que... a lo mejor podemos. A lo mejor se puede. Datsue, ¿le... explicas lo del comunicador?
—¿Lo del comunicador? Ehm… Sí, claro —intervino el Uchiha, que le había tocado la parte del vendedor carismático—. Pues verás, sabes los teléfonos que hay en las Villas, ¿no? Pues imagínate tener un teléfono… móvil. Uno que puedas llevarte a todas partes, pegado a ti. Ni siquiera necesitas marcar ningún número para hablar con otra persona, lo único que necesitas es compartir el mismo tipo de teléfono para poder hablar con ella. Como si estuvieseis sintonizados al mismo canal de radio con un comunicador, vaya. Lo bueno de este comunicador mío, es que no se le gasta la batería. Ni tiene límite de distancia. Se activa con un mínimo gasto de chakra, ¡y listo! Imagínate los beneficios que hay manteniendo este tipo de contacto. Yo ya lo tengo con Juro, de hecho. Y es que me parece super importante. ¡Oye, que me está atacando un General! Pues va Daruu y aparece con su técnica de teletransporte. O intentamos mandar refuerzos. O lo que sea.
Y, como el vendedor carismático que era, Datsue pintó de flores y colores aquel supuesto comunicador. Y Ayame, como la cliente que ya ha sufrido más de un desengaño por la misma compañía, no puso sino recelar ante sus dulces palabras. Pero eso es algo que dejaría más tarde, porque otra cosa había llamado su atención. Giró la cabeza lentamente hacia Daruu.
—Así que nos has estado escuchando todo el tiempo —siseó, tan peligrosa como una serpiente de cascabel, y con el brazo que sostenía el papel doblado aún flexionado junto a su rostro.
¿Cómo si no había decidido aparecer en aquel momento tan crucial? ¿Cómo si no había sabido responder a su pregunta si se suponía que se encontraba a decenas de kilómetros de allí? Datsue debía de haber establecido contacto con él antes de entrar en contacto con ella, pues no le había escuchado pronunciar aquel "llueve nueve" durante su conversación.