Palomas blancas

[Uchiha Datsue]

Ah, si es que lo sabía, ¡lo sabía! ¡Un error de cálculo garrafal! El Uchiha mismo había cometido demasiados de esos errores llevado por la precipitación, y por eso sabía, nada más verle tirarse de cabeza, que Daruu había pecado de impaciente al revelar aquello. Además, lo de Ayame todavía no estaba hecho, ni mucho menos. Todavía mostraba muchas… reticencias.

Por suerte para él, y por una vez, no tendría que enfrentarse al error. No, a quien le tocaba enmendar aquello era a Daruu. Datsue puso cara de kusareño por enésima vez y giró la cabeza hacia él, ávido por ver cómo reaccionaría. No lo tenía fácil. Nada fácil.

Pero entonces...

«¡Qué cabronazo!» ¡Una jugada maestra, eso es lo que había hecho Daruu! Primero, disculpándose en el acto y reconociendo su culpa, pero rápidamente explicando los motivos que le habían llevado a ello: y no eran otros que la admiración que sentía por Ayame y un intento de imitarla para hacer un bien al mundo.

«Y eso, señores, es lo que se llama una réplica perfecta, capaz de desarmar hasta el más sangriento amejin». ¡Sentía hasta envidia de Daruu, joder! ¡Qué manera de usar las reconciliadoras acciones de Ayame en su propia contra! ¡Qué clase! ¡Qué malabarista de las emociones y las palabras!

Datsue torció de nuevo la cabeza, esta vez para observar la reacción de Ayame…