2/04/2019, 01:25
Muñeca agachó la mirada, avergonzada.
—Lo siento… —Inspiró profundamente para sorberse los mocos—. Te veía tan… tan confiado y seguro de ti mismo yendo a cara descubierta y hablando con shinobis extranjeros que… Que dudé de si realmente lo estabas haciendo mal. Pensé que tendrías algún plan o estrategia a largo plazo. —Estaba claro que no había sido así.
Pero Kaido tenía razón: lo más importante ahora era centrarse en la misión. Ya había fallado una vez a su padre. No podía haber una segunda.
—¿Una mochila estaría bien, Kaido-kun? —pregunto, respecto a qué transformarse para que Tokore la llevase.
—¡Esto es un suicidio! —rugió Comadreja, desgañitándose, tratando de hacerse oír entre el viento.
La pequeña expedición acababa de salir de la ciudad para introducirse en pleno desierto. La Prisión del Yermo no se encontraba lejos. De hecho, lograron vislumbrarla en el horizonte, alzándose majestuosa sobre enormes piedras blancas. Pero incluso un edificio tan grande como aquel fue rápidamente engullido por las entrañas de Shukaku. Oh, sí, lo habían visto a lo lejos. No al bijuu, pero sí una gigantesca tormenta de arena que avanzaba a velocidades increíblemente altas.
Cuando se quisieron dar cuenta, ya estaban dentro de ella. Les golpeó con la fuerza de un vendaval y la arena, más punzante de lo que ningún extranjero se imaginaría, trataba de colarse en sus ojos, su nariz, su boca…
Tokore, con la cara y cabeza envuelta en un turbante, no paraba de reír.
—¿Qué pasa? ¿¡No has visto nunca una tormentilla de arena!?
—¡¿Llamas a esto tormentilla?! ¡¿ESTÁS LOCA?! —Sus gritos apenas se hacían oír en medio del temporal—. ¡No me extrañaría nada que detrás venga el Diablo del polvo! —Y eso, sí eran palabras mayores—. ¡Yo me voy! ¡Kaido, os esperaré con las monturas en el sitio acordado! ¡Que las estrellas guíen tus pasos, compañero!
Kaido, que apenas discernía nada a más de tres palmos, vislumbró su silueta haciéndose una con la arena. Distinguía a Tokore a su derecha, y Muñeca, detrás de él, apenas aguantándoles el ritmo.
—Lo siento… —Inspiró profundamente para sorberse los mocos—. Te veía tan… tan confiado y seguro de ti mismo yendo a cara descubierta y hablando con shinobis extranjeros que… Que dudé de si realmente lo estabas haciendo mal. Pensé que tendrías algún plan o estrategia a largo plazo. —Estaba claro que no había sido así.
Pero Kaido tenía razón: lo más importante ahora era centrarse en la misión. Ya había fallado una vez a su padre. No podía haber una segunda.
—¿Una mochila estaría bien, Kaido-kun? —pregunto, respecto a qué transformarse para que Tokore la llevase.
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—¡Esto es un suicidio! —rugió Comadreja, desgañitándose, tratando de hacerse oír entre el viento.
La pequeña expedición acababa de salir de la ciudad para introducirse en pleno desierto. La Prisión del Yermo no se encontraba lejos. De hecho, lograron vislumbrarla en el horizonte, alzándose majestuosa sobre enormes piedras blancas. Pero incluso un edificio tan grande como aquel fue rápidamente engullido por las entrañas de Shukaku. Oh, sí, lo habían visto a lo lejos. No al bijuu, pero sí una gigantesca tormenta de arena que avanzaba a velocidades increíblemente altas.
Cuando se quisieron dar cuenta, ya estaban dentro de ella. Les golpeó con la fuerza de un vendaval y la arena, más punzante de lo que ningún extranjero se imaginaría, trataba de colarse en sus ojos, su nariz, su boca…
Tokore, con la cara y cabeza envuelta en un turbante, no paraba de reír.
—¿Qué pasa? ¿¡No has visto nunca una tormentilla de arena!?
—¡¿Llamas a esto tormentilla?! ¡¿ESTÁS LOCA?! —Sus gritos apenas se hacían oír en medio del temporal—. ¡No me extrañaría nada que detrás venga el Diablo del polvo! —Y eso, sí eran palabras mayores—. ¡Yo me voy! ¡Kaido, os esperaré con las monturas en el sitio acordado! ¡Que las estrellas guíen tus pasos, compañero!
Kaido, que apenas discernía nada a más de tres palmos, vislumbró su silueta haciéndose una con la arena. Distinguía a Tokore a su derecha, y Muñeca, detrás de él, apenas aguantándoles el ritmo.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado