2/04/2019, 18:52
Un cazador, sin embargo, no se inmutaba cuando su presa daba señales de lucha. En cuanto Akame se levantó del suelo, Kaido dio un par de pasos para recortar el cordón de seguridad reflejado en una distancia de tres metros que les separaba al uno del otro y se detuvo en cuánto lo hubiera creído conveniente. Dio un sorbo a su ron añejo y sonrió con gracia ante el comentario de Calabaza.
—Es curioso, Calabaza, porque eso es justo lo que estoy buscando. A un don nadie. Para los forajidos como tú y como yo, esa es una característica vital y esencial si queremos sobrevivir en este mundo —primera condición cumplida, pasemos a la segunda—. y sí que tienes algo, compañero. Algo muy importante para nuestra misión aquí en Tanzaku. Información, amigo, información. Ahí, en tu cabeza. Pero de eso hablaremos luego —el gyojin tiró la botella y dejó caer su culo al suelo—. a partir de hoy trabajas para mí. ¿Está claro? no le debes una puta mierda a ese Sargento de los huevos. Entiendo que te urge la necesidad de abastecer tus putos gustos pero hay maneras más provechosas de hacerlo que dejándote golpear como un imbécil todas las noches para ganarte un par de monedas. Conmigo no te hará falta, salvo que otros tendrán que ser el saco de boxeo por ti.
»¿Estamos?
—Es curioso, Calabaza, porque eso es justo lo que estoy buscando. A un don nadie. Para los forajidos como tú y como yo, esa es una característica vital y esencial si queremos sobrevivir en este mundo —primera condición cumplida, pasemos a la segunda—. y sí que tienes algo, compañero. Algo muy importante para nuestra misión aquí en Tanzaku. Información, amigo, información. Ahí, en tu cabeza. Pero de eso hablaremos luego —el gyojin tiró la botella y dejó caer su culo al suelo—. a partir de hoy trabajas para mí. ¿Está claro? no le debes una puta mierda a ese Sargento de los huevos. Entiendo que te urge la necesidad de abastecer tus putos gustos pero hay maneras más provechosas de hacerlo que dejándote golpear como un imbécil todas las noches para ganarte un par de monedas. Conmigo no te hará falta, salvo que otros tendrán que ser el saco de boxeo por ti.
»¿Estamos?