3/04/2019, 15:15
—...te buscamos para partirte el culo —Completó Daruu, acercándose a Datsue para abrirle el portaobjetos de su muslera de forma descarada y coger un kunai. Bajo la extrañada mirada de Ayame, su compañero se mordió el dedo pulgar y volvió a marcar el arma antes de tendérsela—. Anda, toma, por si acaso, que el objetivo de la marca nunca fue este.
Datsue recuperó el arma pero en el momento en el que sus dedos se cerraron en torno al mango su rostro palideció de golpe.
—Datsue, ¿estás bi...?
—¡¡NOOO!! —rugió de repente, sin ninguna razón aparente. Sudaba, claramente alterado.
Y Ayame, sobresaltada, dio un pequeño salto hacia atrás. Daruu la acompañó.
—¿Da...tsue?
El Uchiha se había quedado congelado en el sitio, con la mirada perdida en ninguna parte y el sudor corriendo por su piel. Una reacción que Ayame conocía muy bien, antes por desgracia. Afortunadamente, de un momento a otro, volvió a la realidad.
—Hostia, lo siento —dijo, aún acelerado—. Shukaku me estaba contando algo que no… En fin. ¡El sello! Sí, bien. ¿Dónde quieres colocártelo?
Ayame sacudió ligeramente la cabeza.
—Eh... Detrás de la oreja izquierda... supongo —respondió al cabo de varios segundos, recelosa. Ella, que tenía el cabello largo, podía ocultar una marca así fácilmente, y dado que solía llevar el transmisor en el oído derecho prefería evitar un solapamiento—. Oye, Datsue, ¿está todo bien con Shukaku? —le preguntó, de forma directa.
Datsue recuperó el arma pero en el momento en el que sus dedos se cerraron en torno al mango su rostro palideció de golpe.
—Datsue, ¿estás bi...?
—¡¡NOOO!! —rugió de repente, sin ninguna razón aparente. Sudaba, claramente alterado.
Y Ayame, sobresaltada, dio un pequeño salto hacia atrás. Daruu la acompañó.
—¿Da...tsue?
El Uchiha se había quedado congelado en el sitio, con la mirada perdida en ninguna parte y el sudor corriendo por su piel. Una reacción que Ayame conocía muy bien, antes por desgracia. Afortunadamente, de un momento a otro, volvió a la realidad.
—Hostia, lo siento —dijo, aún acelerado—. Shukaku me estaba contando algo que no… En fin. ¡El sello! Sí, bien. ¿Dónde quieres colocártelo?
«Si me permite un consejo, señorita, ándese con mucho cuidado: Si hay algo más peligroso que un Uchiha, es un Uchiha con mi Hermano Shukaku.»
Ayame sacudió ligeramente la cabeza.
—Eh... Detrás de la oreja izquierda... supongo —respondió al cabo de varios segundos, recelosa. Ella, que tenía el cabello largo, podía ocultar una marca así fácilmente, y dado que solía llevar el transmisor en el oído derecho prefería evitar un solapamiento—. Oye, Datsue, ¿está todo bien con Shukaku? —le preguntó, de forma directa.