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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#30
Los que han tenido la mala suerte de cruzarse con un bijuu libre, pero al mismo tiempo tuvieron el milagro de sobrevivir a su encuentro, cuentan que nunca han sentido nada igual. Que más allá del peligro inminente, y la tremebunda fuerza que se les adivinaba en cada movimiento, capaces de aplastar ninjas como a hormigas, lo peor era la fuerte presión que ejercían sobre el ambiente. Contaban que el aire se volvía tan cargante y pesado, que el mero hecho de respirar costaba, como si alguien les estuviese aplastando el pecho con una gigantesca piedra de una tonelada de peso.

Los que han tenido la suerte de combatir junto a Hanabi, y los enemigos que tuvieron el milagro de sobrevivir contra él, cuentan que nunca han sentido nada igual. Que más allá del inagotable y desorbitado chakra que exhibía en cada técnica, capaz de evaporar tsunamis con una mera gotita de fuego, lo peor era la fuerte presión que ejercía sobre el ambiente. Contaban que el aire se volvía tan caliente y seco, que era como tratar de respirar con un géiser golpeándote directamente en la cara.

Luego estaban las personas que, por circunstancias, se encontraron justo en medio de estos dos huracanes. Estas personas se podían contar con los dedos de una mano, pues, por el momento, tan solo existían dos en todo Oonindo. Se llamaban Uchiha Raito y Akimichi Katsudon. Y, cuando alguien les preguntaba lo que se sentía, simplemente, no encontraban las palabras adecuadas para explicarlo.

Decir que se quedaron paralizados en el sitio era hacerles un favor a su orgullo y prestigio.

¡¡¡Kuza!!! —rugió Hanabi, preparado para proteger a su Villa a cualquier coste.

Justo en ese momento, Akame tiró de las cadenas a fuerza de pura voluntad sellando de nuevo al monstruo en su celda. Hanabi tenía que reconocerlo, Uchiha Akame sería hasta su último día…

… un verdadero profesional.

Se oyó la puerta abrirse.

¡Kuza, rápido! —exclamó Hanabi, sin querer correr ningún riesgo.

Una ANBU de cabellos rojos como el fuego cargó su mano con llamas moradas en cada dedo, para justo después estamparlas en el estómago del Uchiha. Akame, tras sus últimas palabras, sintió como todo se oscurecía a su alrededor…

… hasta que cayó al suelo inconsciente.


¤ Gogyō Fūin
¤ Sello de los Cinco Elementos
- Tipo: Apoyo
- Rango: A
- Requisitos: Fūinjutsu 70
- Gastos: 120 CK
- Daños: -
- Efectos adicionales: Deja inconsciente a un rival durante 5 turnos, anula su regeneración de CK hasta un contra-sellado, inhibe los poderes de un jinchuuriki
- Sellos: Sello especial de la técnica (mantenido durante unos segundos)
- Velocidad: Moderada
- Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo
El usuario realiza un sello especial, tras lo que muestra la palma de la mano hacia el lado contrario de su cuerpo, sujetándose la muñeca con la otra mano. En sus dedos aparecen unas extrañas llamas moradas en las que se forman los cinco kanjis correspondientes a los cinco elementos chinos: metal (金), madera (木), agua (水), fuego (火), y tierra (土). Al estampar los cinco elementos contra la piel o la ropa de un adversario, cinco marcas de llama unidas por fórmulas de sellado aparecen en su piel, y éste se desmaya. El sello impide que el chakra del oponente funcione correctamente, así que, hasta que sea retirado, no podrá regenerar chakra a menos que esté durmiendo o descansando plácidamente. Si el sello se coloca sobre un sello de jinchuuriki previamente localizado, inhibirá los poderes de jinchuuriki de ese usuario, lo controle o no. Si el jinchuuriki establece un vínculo de amistad con el bijuu, sin embargo, es capaz de romper el sello a voluntad una vez se despierte.


• • •


Hacía frío, más frío de lo normal. Todo estaba oscuro y la poca luz que le llegaba era de un fuego que alumbraba a lo lejos, dibujando sombras danzarinas de los barrotes que tenía al frente.

Estaba en el suelo, de rodillas. Tenía las muñecas alzadas por unos grilletes que tiraban de él hacia arriba, sujetadas por unas cadenas que se incrustaban directamente en la pared. También grilletes en los tobillos, anclados al suelo. Por su rango, Akame había visto en varias ocasiones los calabozos de la Villa. Pero aquel, sin duda, era el peor que había visto nunca. Estrecho, sin ventanas ni una mísera cama sobre la que echarse. Ni siquiera conservaba su ropa. Lo único con lo que contaba era con una camisa larga y negra y un pantalón, también negro.

Pero más le valía acostumbrarse. Porque aquella, era su nueva vida.
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Mensajes en este tema
RE: Crónica de una Muerte Anunciada - por Sarutobi Hanabi - 3/04/2019, 16:50


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