4/04/2019, 20:25
Yasashi suponía —y no le preocupaban— que el cerebro de Akame estaría lleno de barricadas mentales. No le preocupaban porque no era su trabajo romperlas —para eso existían ninjas mucho más cualificados que él en aquel aspecto—, porque lo que él tenía que hacer, era bucear en el mar de recuerdos de Akame hasta hallar una gota. Una sola y mísera gota, olvidada de ser protegida, que le ayudase a tirar del hilo de la verdad. Ese, era su trabajo.
Cuál sería su sorpresa cuando, en lugar de hallar barricadas a la infancia, lo que halló fue…
—¿¡Q-qué…!?
Tonto el que lo lea… Tonto el que... Tonto el...
Tonto...
Tonto…
Tonto…
Tonto…
—¡Tonto! —le chilló una mujer de cuarenta años, de pelo rizado y rubio. Una mujer que conocía muy bien—. ¡Tonto, tonto, tonto, TONTO! ¡No tienes perdón!
—No… Yo no… —balbuceó un confuso Yasashi.
—¡Era mi hijo! ¡Y lo ejecutaron, por tu culpa! ¡Porque dijiste que trabajaba para Zoku!
—T-todas las pruebas apuntaban a que…
—¿Pruebas? ¿¡Qué pruebas!? ¡Todas ellas circunstanciales! —le espetó con rabia—. ¡Mi hijo era un buen ninja! ¡Siempre veló por Uzu! ¡SIEMPRE! Y ahora resulta que el traidor era su compañero, ¿¡eh!? Y ahora, ¿¡a qué me vienes a hablar!? ¿¡De un jodido acto honorífico y una burda medalla!? ¡No los quiero! ¡Yo quiero que me devuelvas a mi hijo! ¡DEVUÉLVEMELO!
¡Plaff! Una bofetada. Yasashi calló al suelo, hecho un ovillo. Las llaves de la celda cayeron de su bolsillo, peligrosamente cerca de Akame. Si el Uchiha estiraba el pie derecho, quizá…
—Perdóname… Perdóname… —seguía llorando Hayashi, en su ilusión.
Un niño de no más de catorce años estaba ante él. Un chico de cabellos negros y mirada adulta.
—Es tu culpa. ¡Es tu culpa! —le espetó el crío, con los ojos bañados en lágrimas—. ¿¡Qué clase de interrogador eres, eh!? ¿¡Qué clase de ninja eres que dejas escapar a un traidor!?
—N-no había pruebas. No había…
—¡Había más que de sobra! ¡Pero le dejaron ir, porque tú aseguraste que estaba bien! ¡Y luego mató a mi madre! ¡Por tu culpa! ¡Tonto! Tonto, tonto, tonto, tonto…
—No, no, no, no, ¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOO!!
Cuál sería su sorpresa cuando, en lugar de hallar barricadas a la infancia, lo que halló fue…
«Tonto el que lo lea.»
—¿¡Q-qué…!?
Tonto el que lo lea… Tonto el que... Tonto el...
Tonto...
Tonto…
Tonto…
Tonto…
—¡Tonto! —le chilló una mujer de cuarenta años, de pelo rizado y rubio. Una mujer que conocía muy bien—. ¡Tonto, tonto, tonto, TONTO! ¡No tienes perdón!
—No… Yo no… —balbuceó un confuso Yasashi.
—¡Era mi hijo! ¡Y lo ejecutaron, por tu culpa! ¡Porque dijiste que trabajaba para Zoku!
—T-todas las pruebas apuntaban a que…
—¿Pruebas? ¿¡Qué pruebas!? ¡Todas ellas circunstanciales! —le espetó con rabia—. ¡Mi hijo era un buen ninja! ¡Siempre veló por Uzu! ¡SIEMPRE! Y ahora resulta que el traidor era su compañero, ¿¡eh!? Y ahora, ¿¡a qué me vienes a hablar!? ¿¡De un jodido acto honorífico y una burda medalla!? ¡No los quiero! ¡Yo quiero que me devuelvas a mi hijo! ¡DEVUÉLVEMELO!
¡Plaff! Una bofetada. Yasashi calló al suelo, hecho un ovillo. Las llaves de la celda cayeron de su bolsillo, peligrosamente cerca de Akame. Si el Uchiha estiraba el pie derecho, quizá…
—Perdóname… Perdóname… —seguía llorando Hayashi, en su ilusión.
Un niño de no más de catorce años estaba ante él. Un chico de cabellos negros y mirada adulta.
—Es tu culpa. ¡Es tu culpa! —le espetó el crío, con los ojos bañados en lágrimas—. ¿¡Qué clase de interrogador eres, eh!? ¿¡Qué clase de ninja eres que dejas escapar a un traidor!?
—N-no había pruebas. No había…
—¡Había más que de sobra! ¡Pero le dejaron ir, porque tú aseguraste que estaba bien! ¡Y luego mató a mi madre! ¡Por tu culpa! ¡Tonto! Tonto, tonto, tonto, tonto…
—No, no, no, no, ¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOO!!
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado