4/04/2019, 22:11
(Última modificación: 4/04/2019, 22:23 por Uchiha Akame. Editado 1 vez en total.)
Uchiha Akame cerró los ojos. Había estado tan cerca. Tan cerca.
El sonido de los pasos del chuunin que hacía guardia fuera se sobrepuso al de los lastimeros gemidos de Yasashi, que todavía yacía en el suelo, encogido como un niño. Indefenso. Tal era el poder del Genjutsu que le había golpeado; un poder que Akame no podía sino pensar que era de su antigua maestra. El chuunin se acercó, pasmado ante semejante escena, y no tardó en desenvainar su espada y ponérsela en el cuello al que horas antes había sido su superior.
«Todavía tengo una oportunidad.»
El jōnin respiró. Alzó la vista hacia su carcelero —el que todavía podía mantener la compostura de los dos, claro— y le miró directamente a los ojos. No trató de sonar intimidante, ni agresivo, pues sabía que la mentira no aguantaría. En lugar de eso, pronunció aquellas palabras con el tono de voz más calmado y natural que fue capaz de utilizar. Como si estuviese recitando las naturalezas elementales básicas del chakra. Tomó una metafórica moneda y la tiró al aire, esperando que no saliera cruz.
—Lo que te voy a hacer a ti si no te das media vuelta y te largas de aquí cagando ostias.
El sonido de los pasos del chuunin que hacía guardia fuera se sobrepuso al de los lastimeros gemidos de Yasashi, que todavía yacía en el suelo, encogido como un niño. Indefenso. Tal era el poder del Genjutsu que le había golpeado; un poder que Akame no podía sino pensar que era de su antigua maestra. El chuunin se acercó, pasmado ante semejante escena, y no tardó en desenvainar su espada y ponérsela en el cuello al que horas antes había sido su superior.
«Todavía tengo una oportunidad.»
El jōnin respiró. Alzó la vista hacia su carcelero —el que todavía podía mantener la compostura de los dos, claro— y le miró directamente a los ojos. No trató de sonar intimidante, ni agresivo, pues sabía que la mentira no aguantaría. En lugar de eso, pronunció aquellas palabras con el tono de voz más calmado y natural que fue capaz de utilizar. Como si estuviese recitando las naturalezas elementales básicas del chakra. Tomó una metafórica moneda y la tiró al aire, esperando que no saliera cruz.
—Lo que te voy a hacer a ti si no te das media vuelta y te largas de aquí cagando ostias.