5/04/2019, 18:16
(Última modificación: 5/04/2019, 18:16 por Uchiha Akame.)
«Akame-kun...»
Hacía un día espléndido. El Sol brillaba con fuerza, los pájaros cantaban y las flores estaban en su época más dulce. En todo el Jardín de los Cerezos de Uzushiogakure se respiraba el dulce aroma de los árboles y no era raro que aquella tarde estuviese a reventar. Los uzujin aprovechaban los últimos coletazos del Verano, que ya se iba despidiendo para dar paso al frío Otoño. Pese a que en Uzu no Kuni la época estival podía llegar a ser demasiado calurosa algunos días, en general era apreciada por todos sus habitantes. Entre ellos, no podía faltar un joven jōnin de pelo negro y revuelto, que esperaba pacientemente apoyado en el tronco de uno de los cerezos, rodeado de jóvenes y mayores que tomaban el té, merendaban o simplemente disfrutaban del atardecer.
—¡Akame-kun!
Aquella voz activó a Akame como un resorte. El joven Uchiha se había vestido aquel día con sus mejores galas que, por raro que pareciese en él, no incluían el uniforme oficial de la villa. Llevaba un uwagi precioso de color beige —le había costado un maldito riñón—, unos pantalones también tradicionales de tono índigo y todo ello sujeto por un obi color rojo carmesí, el color del Remolino. Se había intentado peinar, pero después de batallar un buen rato con sus rebeldes cabellos, decidió dejarlo por imposible. Calzaba sandalias y por supuesto no llevaba su equipamiento... Pese a estar en una misión muy importante: la de ganarse el corazón de la muchacha que se le aproximaba a paso rápido.
—Yume-san, has venido...
Ashina Yume era todo lo contrario a Akame. Aparte de varios años mayor que él, era activa, vibrante, enérgica como un torbellino. Su propia figura era una amalgaba de colores chillones que, pese a todo, ella sabía combinar a la perfección con su tez bronceada y su pelo blanco como la nieve que ese día llevaba recogido en un moño sujeto con un palillo de madera y varias plumas de colores. Sus ojos eran dos luceros bicolores, pues uno de ellos lucía el rojo del Sharingan —aunque ella lo llevaba tapado normalmente—. Y su sonrisa podía levantar a un muerto.
—¡Pues claro que he venido! ¿Qué te pensabas? —respondió ella con una risilla pícara tras saludarle con una leve reverencia que Akame correspondió—. Los cerezos están preciosos, y hace una tarde buenísima... ¿Nos sentamos?
Luchando contra los latidos de su corazón, que amenazaba con salírsele del pecho, el joven Akame negó con la cabeza de forma seca. Luego se aclaró la garganta.
—Yume-san, espera, yo... Ehm... Tengo una sorpresa para ti —confesó, y ante la cara de sorpresa de ella, el muchacho abrió ambos brazos y vociferó—. ¡DADME EL RITMO!
De repente, como siguiendo una coreografía muy ensayada, la gente que había alrededor de ellos se puso en pie con una sonrisa. Sacaron guitarras, instrumentos de cuerda y viento, y se dispusieron tras Akame formando una improvisada orquesta. El Uchiha —que jamás en su vida se habría atrevido a hacer cosa igual, si no fuese por conquistar a Yume— parecía estar temblando como un flan, pero aun así fue capaz de alzar una mano con tres dedos extendidos.
—¡Uno, dos, un-dos-tres ya!
Y así, los miembros de aquella particular orquesta empezaron a tocar un son sumamente pegadizo, muy bailón, mientras Akame seguía el ritmo con el pie derecho, muerto de vergüenza. «¡Es tu hora, Profesional! ¡A por ella!» En cuestión de instantes, el grupo llenó el Jardín de los Cerezos con su melodía, atrayendo a más y más curiosos que se paraban en las lindes del improvisado corrillo para observar.
«You run around town like a fool and you think that it's groovy
You're givin' it to some other guy who gives you the eye
You don't give nothin' to me, you painted a smile
You painted a smile and you dress all the while to excite me
But don't you know you're turning me on
I know that it's wrong, but I can't stop this pain inside me
Baby, love really hurts without you,
Love really hurts without you,
And it's breaking my heart,
But what can I do, baby,
Love really hurts without you,
Love really hurts through and through
And it's breaking my heart
But what can I do without you
You walk like a dream and you make like you're queen of the action
You're using ev'ry trick in the book the way that you look
You're really something to see,
You cheat and you lie to impress any guy that you fancy,
But don't you know I'm out of my mind, so give me a sign
And help to ease the pain inside me.
Baby, love really hurts without you,
Love really hurts without you,
And it's breaking my heart,
But what can I do, baby,
Love really hurts without you,
Love really hurts through and through
And it's breaking my heart
But what can I do without you
Baby, love really hurts without you,
Love really hurts without you,
And it's breaking my heart,
But what can I do, baby,»
You're givin' it to some other guy who gives you the eye
You don't give nothin' to me, you painted a smile
You painted a smile and you dress all the while to excite me
But don't you know you're turning me on
I know that it's wrong, but I can't stop this pain inside me
Baby, love really hurts without you,
Love really hurts without you,
And it's breaking my heart,
But what can I do, baby,
Love really hurts without you,
Love really hurts through and through
And it's breaking my heart
But what can I do without you
You walk like a dream and you make like you're queen of the action
You're using ev'ry trick in the book the way that you look
You're really something to see,
You cheat and you lie to impress any guy that you fancy,
But don't you know I'm out of my mind, so give me a sign
And help to ease the pain inside me.
Baby, love really hurts without you,
Love really hurts without you,
And it's breaking my heart,
But what can I do, baby,
Love really hurts without you,
Love really hurts through and through
And it's breaking my heart
But what can I do without you
Baby, love really hurts without you,
Love really hurts without you,
And it's breaking my heart,
But what can I do, baby,»
En ese momento la banda se vino arriba, subiendo la intensidad y el tono, y el Uchiha —que pese a no ser el mejor cantante del mundo, se estaba defendiendo bastante bien, se dejó llevar por la música, a veces el mejor lenguaje del mundo. Mientras las mejillas le ardían y notaba que le faltaba el aire, Akame caminó unos cuantos pasos hacia la chica a la que amaba y le cantó directamente a ella, clavando sus ojos negros o en los de Yume.
«Love really hurts without you,
Love really hurts through and through
And it's breaking my heart
But what can I do
Baby, love really hurts without you,
Love really hurts without you,
And it's breaking my heart,
But what can I do, baby,
Love really hurts without you,
Love really hurts through and through
And it's breaking my heart...»
Love really hurts through and through
And it's breaking my heart
But what can I do
Baby, love really hurts without you,
Love really hurts without you,
And it's breaking my heart,
But what can I do, baby,
Love really hurts without you,
Love really hurts through and through
And it's breaking my heart...»
Con un impresionante riff final, la canción terminó por todo lo alto y tanto los miembros de la banda como la gran cantidad de espectadores que allí se habían congregado irrumpieron en los aplausos más estruendosos que Akame había escuchado jamás, acompañados de vítores y júbilo.
—Ashina Yume... —sururró Akame entre el bullicio, mientras una sonrisa repleta de vergüenza aparecía en su rostro—. ¿Quieres salir conmigo?
—
Akame entreabrió los ojos con gran temor. Nunca olvidaría aquella voz; era imposible, pues pertenecía a la chica que había llenado de luz sus días. Aquella con la que había sentido una conexión sin igual, a la que le había abierto su corazón, cerrado por derribo. Ashina Yume estaba allí, junto a él, y Akame notó cómo el pecho se le encogía.
—No... No... No... —empezó a sollozar—. No... Yume-chan... Tú no...
Con la cabeza gacha, el Uchiha no se atrevía siquiera a mirarla. Tenía la sensación de que si lo hacía, la poca fortaleza que le quedaba saltaría por los aires como un barco con la bodega llena de pólvora. La única persona a la que no podría volver a mirar a la cara jamás, después de haber jodido su futuro. Después de saber que todos los sueños que habían tenido juntos, todos los planes, todas las cosas que querrían haber hecho...
Se les habían escapado como arena entre los dedos.