5/04/2019, 20:31
«Es lo mejor.»
Yume le chillaba a través de los barrotes, fuera de sí.
«Es lo mejor.»
Golpeó los barrotes con fuerza, arrancando notas metálicas que complementaban su furibunda tonada.
«Es lo mejor.»
El guardia que días antes había interrumpido su propia diatriba contra Chokichi hacía ahora acto de presencia para calmar a Yume.
«Es lo mejor.»
Akame escuchó su voz por última vez.
«Es lo mejor.»
Pasos lejanos, el crujido de una puerta al final del pasillo, y luego otra vez el silencio. Luego otra vez la soledad. Así estaba mejor.
«Es lo mejor.»
No se atrevió a alzar la vista hasta horas después. Se había quedado allí, quieto como una estatua, como si temiese que el más leve movimiento pudiera desencadenar una catástrofe mundial. Cuando por fin lo hizo, sus ojos captaron un matiz colorido entre la negrura que le rodeaba. Una flor entre las malas hierbas. Incluso en aquella hora aciaga...
Estiró los pies y tomó la pluma, que depositó entre sus piernas con el cuidado con el que manejaría una joya de cien millones de ryos. Entonces rompió a llorar. Rompió a llorar de forma queda, mientras su cuerpo se agitaba con violentas convulsiones producto del sofocón, y las lágrimas rodaron por sus mejillas sin impedimentos. El tenue susurro de sus gemidos, que transportaban la más pura tristeza, acurrucaron a la oscuridad que pronto lo envolvió todo cuando la solitaria lámpara decidió apagarse con solemnidad. Tal vez en señal de respeto.
Y, entre los sollozos, un débil canturreo...
—Baby... Love really hurts... Without you...