6/04/2019, 16:48
«¡¡Jodeeeer!!» —espetó para sus adentros, tratando de airar su propia frustración. Todo se estaba complicando demasiado y aún no habían siquiera alcanzado el interior de la puta Prisión.
Pero dígase algo de Kaido: no era un hombre de rendirse fácilmente, aún y cuando las adversidades tocaban cada mañana a su puerta. Con grandes desafíos superados en su haber, ¿por qué iba a bajar la cabeza cuando un poco de viento se arremolinaba a su alrededor? nada le iba a detener de cumplir con su objetivo más primordial. Sólo la muerte podría hacerlo, y no estaba tan seguro de que la parca le alcanzase esa noche.
Aún le quedaba mucho por hacer en este mundo.
—Dame esa mierda —dijo, arrebatándole a Muñeca y colgando el khopesh en el que estaba transformada en algún lugar apropiado de su uniforme—. entremos de una puta vez.
Pero dígase algo de Kaido: no era un hombre de rendirse fácilmente, aún y cuando las adversidades tocaban cada mañana a su puerta. Con grandes desafíos superados en su haber, ¿por qué iba a bajar la cabeza cuando un poco de viento se arremolinaba a su alrededor? nada le iba a detener de cumplir con su objetivo más primordial. Sólo la muerte podría hacerlo, y no estaba tan seguro de que la parca le alcanzase esa noche.
Aún le quedaba mucho por hacer en este mundo.
—Dame esa mierda —dijo, arrebatándole a Muñeca y colgando el khopesh en el que estaba transformada en algún lugar apropiado de su uniforme—. entremos de una puta vez.