6/04/2019, 21:14
(Última modificación: 6/04/2019, 22:26 por King Roga. Editado 2 veces en total.)
Asobu sonrío con una malicia que contrastaba enormemente con el aspecto que le vendió a todo mundo. Ese, ese era su verdadero yo. Alguien que le gustaba llevarse a la gente por delante, alguien que creía que las lealtades y las familias podían romperse con la conveniencia. Tan acostumbrado a apuñalar espaldas estaba, que creía en su cabeza que todos podían ser comprados con el premio correcto. Creyó entonces, encontrar a alguien así.
—Ho~ Eso no fue muy discreto, pero tienes razón, alguien podría venir— Canturreó. —Dejaré que te quedes con Báihū Zhāo. Véndela, y te darán un buen precio en el mercado negro. Quizás quieras quedártela de colección, o usarla para tus propios fines. Como sea, yo me encargaré de facilitarte el mapa eliminando a Rōga de en medio. Yo, necesito desaparecer, pero no puedo hacerlo hasta quitarme a un perro de encima. Ese alguien, es mi cómplice, o mejor dicho, mi puto guardia. Dígamos, que yo no le inspiraba mucha confianza al jefe. Cada cierto tiempo, debía hacer contacto con el perro, pero si nota que no respondo quizás venga a cerciorarse el mismo, aunque, debo decir que es un reverendo idiota. También te brindaré las facilidades para que acabes con él. Si yo no me reporto esta misma noche, vendrá. Elimínalo y déjame libre, mientras yo dejo que el tesoro sea todo tuyo— sonrío cínico. —Sólo debes asegurarte, que luego de esto me crean muerto a mí también—. remató.
—Ho~ Eso no fue muy discreto, pero tienes razón, alguien podría venir— Canturreó. —Dejaré que te quedes con Báihū Zhāo. Véndela, y te darán un buen precio en el mercado negro. Quizás quieras quedártela de colección, o usarla para tus propios fines. Como sea, yo me encargaré de facilitarte el mapa eliminando a Rōga de en medio. Yo, necesito desaparecer, pero no puedo hacerlo hasta quitarme a un perro de encima. Ese alguien, es mi cómplice, o mejor dicho, mi puto guardia. Dígamos, que yo no le inspiraba mucha confianza al jefe. Cada cierto tiempo, debía hacer contacto con el perro, pero si nota que no respondo quizás venga a cerciorarse el mismo, aunque, debo decir que es un reverendo idiota. También te brindaré las facilidades para que acabes con él. Si yo no me reporto esta misma noche, vendrá. Elimínalo y déjame libre, mientras yo dejo que el tesoro sea todo tuyo— sonrío cínico. —Sólo debes asegurarte, que luego de esto me crean muerto a mí también—. remató.