7/04/2019, 21:22
El pelirrubio no era alguien que se tomara en serio su vida de shinobi, y eso estaba de manifiesto en cada una de sus acciones. Sin embargo a pesar de que se mostraba despreocupado, y en general denotaba poco esfuerzo, tampoco le gustaba incumplir lo que se le pedía y en ese caso había sido citado en una cafetería a algo asi como las 10 de la mañana. Sin mucho mas que hacer a las 9 el joven genin ya hacia presencia en ese lugar, pidió de tomar un vaso de leche, para luego solicitar un pedido bastante particular. Se puso su antifaz y se quedo boca abajo contra la mesa donde quedaría totalmente dormido al poco tiempo de ponerse en esa situacion, los minutos pasaron, y asi también llego el horario en que había sido señalado para aquella reunión con el chunnin.
Pocos segundos antes de que llegaran las 10, la linda camarera a la cual le había hecho esa petición tan particular se fue acercando hasta la posición de Samidare, con lo que parecía ser una olla. La apoyo en lo que quedaba libre de la mesa, e intento sacudir un poco a el senju pero se dio cuenta que era cierto que tenia el sueño pesado como el mismo declaro en su charla previa. Por lo que siguiendo la petición del genin levanto la cabeza del mismo sacandole el antifaz el cual pondría sobre las piernas del rubio y luego pondría la olla donde antes había estado apoyada la cara del muchacho. El resto uno lo puede imaginar, no paso demasiado tiempo con el rostro dentro de esa olla llena de agua helada que el rubio se despertó un poco sobresaltado, tomo una servilleta que había preparado de antemano y se seco el rostro mientras perezosamente buscaba en sus alrededores algún signo de la persona con la que se debía de encontrar.
Pocos segundos antes de que llegaran las 10, la linda camarera a la cual le había hecho esa petición tan particular se fue acercando hasta la posición de Samidare, con lo que parecía ser una olla. La apoyo en lo que quedaba libre de la mesa, e intento sacudir un poco a el senju pero se dio cuenta que era cierto que tenia el sueño pesado como el mismo declaro en su charla previa. Por lo que siguiendo la petición del genin levanto la cabeza del mismo sacandole el antifaz el cual pondría sobre las piernas del rubio y luego pondría la olla donde antes había estado apoyada la cara del muchacho. El resto uno lo puede imaginar, no paso demasiado tiempo con el rostro dentro de esa olla llena de agua helada que el rubio se despertó un poco sobresaltado, tomo una servilleta que había preparado de antemano y se seco el rostro mientras perezosamente buscaba en sus alrededores algún signo de la persona con la que se debía de encontrar.