9/04/2019, 03:52
—¿Qué? No, no, no, no. ¿Estás loco? —¿quién de todos ellos no estaban jodidamente locos habiéndose colado a una prisión de máxima seguridad, de la que nada más y nada menos; querían sacar a un jodido preso? si esa no era la puta definición de locura, ¿qué lo era entonces?—. Necesitaré que vengas tú conmigo, Kaido. Y un tercer guardia debería estar vigilando en la entrada.
Oh, Tokore le estaba crispando los nervios. ¡Le estaba tocando muchísimo los cojones! cambiándole los planes a cada segundo. Haciéndose la estúpida y renegando de sus putos deberes. Kaido no quería tener que recordarle lo que le iba a pasar a su pequeña hijita, pero... pero... se lo estaba poniéndome endemoniadamente difícil.
El dedo de Kincho se alzó. La señaló. En otra ocasión le habría disparado una bala mortal de agua al centro del corazón. Esa vez, no.
—Estás tentando a la suerte, mujer. Primer aviso —le concedió. Le quedaban dos. Luego le habló a su khopesh—. Muñeca, ¿estás bien? debemos ocuparnos de Razaro rápido y concentrar los esfuerzos en lo verdaderamente importante.
Oh, Tokore le estaba crispando los nervios. ¡Le estaba tocando muchísimo los cojones! cambiándole los planes a cada segundo. Haciéndose la estúpida y renegando de sus putos deberes. Kaido no quería tener que recordarle lo que le iba a pasar a su pequeña hijita, pero... pero... se lo estaba poniéndome endemoniadamente difícil.
El dedo de Kincho se alzó. La señaló. En otra ocasión le habría disparado una bala mortal de agua al centro del corazón. Esa vez, no.
—Estás tentando a la suerte, mujer. Primer aviso —le concedió. Le quedaban dos. Luego le habló a su khopesh—. Muñeca, ¿estás bien? debemos ocuparnos de Razaro rápido y concentrar los esfuerzos en lo verdaderamente importante.