9/04/2019, 19:19
Hiroshi miró por última vez las facciones carentes de vida de su hijo y se secó las lágrimas. Cuando se incorporó para ver a Kunie, su mirada refulgía de determinación.
—Puede que no haya sido el mejor padre, o el mejor marido, o la mejor persona durante mi vida —dijo, aunque todos los que le conocían podrían asegurar que era un hombre de gran bondad—. Pero si hay algo que un padre debe hacer por su hijo... Es esto. Si existe una remota posibilidad de que su corazón vuelva a latir, quiero hacerlo. Cueste lo que me cueste.
Kunie era toda una experta en dilucidar las verdaderas intenciones de la gente tras sus palabras, y en el caso de Hiroshi, no hallaría sino la más pura verdad. Aquel hombre deseaba, con todas sus fuerzas, salvar a su hijo.
—Puede que no haya sido el mejor padre, o el mejor marido, o la mejor persona durante mi vida —dijo, aunque todos los que le conocían podrían asegurar que era un hombre de gran bondad—. Pero si hay algo que un padre debe hacer por su hijo... Es esto. Si existe una remota posibilidad de que su corazón vuelva a latir, quiero hacerlo. Cueste lo que me cueste.
Kunie era toda una experta en dilucidar las verdaderas intenciones de la gente tras sus palabras, y en el caso de Hiroshi, no hallaría sino la más pura verdad. Aquel hombre deseaba, con todas sus fuerzas, salvar a su hijo.