10/04/2019, 19:06
(Última modificación: 19/04/2019, 17:00 por Uchiha Akame. Editado 2 veces en total.)
—Akame, mírame. ¿Quién eres?
Y Akame le miró. Le miró directamente a los ojos, y dejó que aquella pregunta calara en sí mismo. Ya no era Uchiha Akame de Uzushiogakure, ¿cómo iba a serlo? Aquel shinobi había muerto como un traidor, y todo su legado con él. Pero tampoco era Calabaza, el pordiosero indefenso, pues sangre ancestral corría por sus venas y así lo atestiguaban sus ojos, convertidos en dos lámparas rojas en la oscuridad de la callejuela.
«¿Quién soy?»
Entonces, el ex jōnin decidió que no había mejor forma de mostrarle a Kaido quién era que dándole una probada de su poder. De su recién adquirido poder. Las aspas de su Sharingan comenzaron a girar, y entonces...
—K... ¿Kaido...? A... A... ¿Akame...? ¿Uchiha Akame...?
El aludido volteó rápidamente la cabeza para buscar ávidamente a la tercera en discordia; aquella que se había atrevido a interrumpir su momento de revelación con el Tiburón. La halló al final del callejón, con unas bolsas de comida que se le habían caído de los brazos y cuyo contenido ahora rodaba sin control por la calzada. «Aotsuki Ayame... ¿Qué cojones hace ella aquí?» El Uchiha apretó los dientes mientras intentaba poner su mente a funcionar como en los viejos tiempos, pese a que ahora parecía estar oxidada y cubierta de moho. Poco a poco los engranajes fueron girando y las ideas fluyendo, aun sin llegar a alcanzar la clarividencia de antaño.
«¿Qué acaba de decir Kaido...? "La Alianza de las Tres Grandes". Esos putos ninjas están volviendo a cooperar, lo que significa que esta chica volverá a Amegakure con la sospecha de que sigo vivo. Y esta no tardará en proparase a las otras Villas como la puta peste... Qué molestia. Al menos puedo constatar que lo que el Gyojin dice es cierto, en la Lluvia creen que ha muerto. Qué hijoputa, siempre me pareció demasiado... Independiente, incluso para los estándares de Ame.
¿Podría intentar matarla? No, demasiado arriesgado... Es una jinchuuriki.»
Su monólogo interno apenas duró unos instantes en la realidad, y con una conclusión clara, el Uchiha se volvió hacia Kaido lanzándole una mirada que prácticamente deletreaba «este es tu maldito problema».
—Te veo donde antes —masculló.
Entonces su mano diestra volvió a ejecutar, por primera vez en aquella segunda vida, un sello. Un sello muy simple, pero que bastó para que la figura de Akame se difuminara en el mismo aire, entre las sombras, para desaparecer por completo de aquel callejón.
Y Akame le miró. Le miró directamente a los ojos, y dejó que aquella pregunta calara en sí mismo. Ya no era Uchiha Akame de Uzushiogakure, ¿cómo iba a serlo? Aquel shinobi había muerto como un traidor, y todo su legado con él. Pero tampoco era Calabaza, el pordiosero indefenso, pues sangre ancestral corría por sus venas y así lo atestiguaban sus ojos, convertidos en dos lámparas rojas en la oscuridad de la callejuela.
«¿Quién soy?»
Entonces, el ex jōnin decidió que no había mejor forma de mostrarle a Kaido quién era que dándole una probada de su poder. De su recién adquirido poder. Las aspas de su Sharingan comenzaron a girar, y entonces...
—K... ¿Kaido...? A... A... ¿Akame...? ¿Uchiha Akame...?
El aludido volteó rápidamente la cabeza para buscar ávidamente a la tercera en discordia; aquella que se había atrevido a interrumpir su momento de revelación con el Tiburón. La halló al final del callejón, con unas bolsas de comida que se le habían caído de los brazos y cuyo contenido ahora rodaba sin control por la calzada. «Aotsuki Ayame... ¿Qué cojones hace ella aquí?» El Uchiha apretó los dientes mientras intentaba poner su mente a funcionar como en los viejos tiempos, pese a que ahora parecía estar oxidada y cubierta de moho. Poco a poco los engranajes fueron girando y las ideas fluyendo, aun sin llegar a alcanzar la clarividencia de antaño.
«¿Qué acaba de decir Kaido...? "La Alianza de las Tres Grandes". Esos putos ninjas están volviendo a cooperar, lo que significa que esta chica volverá a Amegakure con la sospecha de que sigo vivo. Y esta no tardará en proparase a las otras Villas como la puta peste... Qué molestia. Al menos puedo constatar que lo que el Gyojin dice es cierto, en la Lluvia creen que ha muerto. Qué hijoputa, siempre me pareció demasiado... Independiente, incluso para los estándares de Ame.
¿Podría intentar matarla? No, demasiado arriesgado... Es una jinchuuriki.»
Su monólogo interno apenas duró unos instantes en la realidad, y con una conclusión clara, el Uchiha se volvió hacia Kaido lanzándole una mirada que prácticamente deletreaba «este es tu maldito problema».
—Te veo donde antes —masculló.
Entonces su mano diestra volvió a ejecutar, por primera vez en aquella segunda vida, un sello. Un sello muy simple, pero que bastó para que la figura de Akame se difuminara en el mismo aire, entre las sombras, para desaparecer por completo de aquel callejón.