13/04/2019, 20:49
(Última modificación: 13/04/2019, 20:49 por Aotsuki Ayame.)
—Eh, eh, chicos. Me acabo de acordar… —añadió Datsue, reincorporándose de nuevo. Y Ayame sólo rogó para sus adentros que no le pidiera de nuevo intercambiar papeles con Kokuō. No porque le molestara, todo lo contrario, pero ir cambiando de una dimensión a otra, con un entorno tan diferente, era realmente abrumador—. Ayame, te acuerdas de cuando le pediste a Eri que le entregase un mensaje de tu parte a Hanabi, ¿verdad?
—Eh... sí... —respondió ella, comenzando a temer por lo que vendría a continuación.
—¿Podríais hacerme un muy pequeñito favor? —preguntó, con ojos de perrito pidiendo comida—. ¿Podríais entregarle un mensaje de mi parte a… Amekoro Yui? —BOOM, una bala directa a la cabeza—. Nada ofensivo, por supuesto. Incluso me sirve que se lo digáis vosotros mismos, sin carta alguna. ¿Qué me decís?
Ayame miró a Daruu. Daruu miró a Ayame.
—Eeeeeeh...
—Te voy... te voy a decir una cosa, Datsue —habló Daruu—. A ver. No te lo tomes a mal, hace unas semanas pues... tú me tenías también mucha tirria, ¿eh? Resuuuulta que yo... bueno. Bueeeeno, a ver cómo te lo digo... le sugerí... lesugeríaYuiquesellaraciensellosexplosivosdelosgordosdondesellóaAikoporsiveníasabuscarla —confesó, de forma tan atropellada que incluso a Ayame le costó esfuerzo entenderle. Pero cuando lo hizo...
—¡¿Que hiciste qué?! —exclamó, con un hilo de voz, antes de pegarse una palmada en la frente. ¿Pero cómo se podía ser tan animal?
—Como comprenderás, después de todo eso, que yo vaya ahora y le de un mensaje de tu parte pues como que va a ser un poco... ¿violento? —Sonrió, haciéndose el inocente, y se llevó una mano a la nuca—. Además, esto sí que es verdad: necesitamos convencerla para que nos deje ir a por Naia. Y tiene que estar de buen humor para eso. Así que... bueno, podríamos decírselo, descontando el problema que te he comentado... pero espero que no sea urgente, porque yo al menos no creo que lo haga nada más verla, ¿sabes? Al menos hasta que vuelva de... cazar.
Ayame se volvió hacia Datsue, temerosa de su reacción y de sus intenciones.
—Además... ¿Qué tipo de mensaje?
Ayame le había enviado un mensaje de paz a Hanabi, pidiéndole disculpas por todo lo que había ocurrido en Uzushiogakure por su culpa. La verdad, aunque era absolutamente surrealista toda la situación que estaban viviendo aquel día, no esperaba que Datsue hiciera algo similar. Y menos después de las amables palabras que había tenido hacia su Kage.
—Eh... sí... —respondió ella, comenzando a temer por lo que vendría a continuación.
—¿Podríais hacerme un muy pequeñito favor? —preguntó, con ojos de perrito pidiendo comida—. ¿Podríais entregarle un mensaje de mi parte a… Amekoro Yui? —BOOM, una bala directa a la cabeza—. Nada ofensivo, por supuesto. Incluso me sirve que se lo digáis vosotros mismos, sin carta alguna. ¿Qué me decís?
Ayame miró a Daruu. Daruu miró a Ayame.
—Eeeeeeh...
—Te voy... te voy a decir una cosa, Datsue —habló Daruu—. A ver. No te lo tomes a mal, hace unas semanas pues... tú me tenías también mucha tirria, ¿eh? Resuuuulta que yo... bueno. Bueeeeno, a ver cómo te lo digo... le sugerí... lesugeríaYuiquesellaraciensellosexplosivosdelosgordosdondesellóaAikoporsiveníasabuscarla —confesó, de forma tan atropellada que incluso a Ayame le costó esfuerzo entenderle. Pero cuando lo hizo...
—¡¿Que hiciste qué?! —exclamó, con un hilo de voz, antes de pegarse una palmada en la frente. ¿Pero cómo se podía ser tan animal?
—Como comprenderás, después de todo eso, que yo vaya ahora y le de un mensaje de tu parte pues como que va a ser un poco... ¿violento? —Sonrió, haciéndose el inocente, y se llevó una mano a la nuca—. Además, esto sí que es verdad: necesitamos convencerla para que nos deje ir a por Naia. Y tiene que estar de buen humor para eso. Así que... bueno, podríamos decírselo, descontando el problema que te he comentado... pero espero que no sea urgente, porque yo al menos no creo que lo haga nada más verla, ¿sabes? Al menos hasta que vuelva de... cazar.
Ayame se volvió hacia Datsue, temerosa de su reacción y de sus intenciones.
—Además... ¿Qué tipo de mensaje?
Ayame le había enviado un mensaje de paz a Hanabi, pidiéndole disculpas por todo lo que había ocurrido en Uzushiogakure por su culpa. La verdad, aunque era absolutamente surrealista toda la situación que estaban viviendo aquel día, no esperaba que Datsue hiciera algo similar. Y menos después de las amables palabras que había tenido hacia su Kage.