13/04/2019, 23:07
(Última modificación: 13/04/2019, 23:08 por Aotsuki Ayame.)
—¿¿¿¡¡¡…OOOOOOOÓMMOOOOO!!!??? —aulló Datsue, y no era para menos—. ¡¿QUÉHICISTEQUEEEEEEÉ!? P-perop-pero… ¡Pero Ayame-Kokuo, ¿no le vais a decir nada? —preguntó, y Ayame se encogió sobre sí misma, sin saber cómo excusarse en ese momento—. ¡Y luego soy yo el Uchiha sanguinario y vengador! Que vale que me quisieses joder, pero sacrificar a Aiko por eso…
Aquello era justamente lo que Ayame pensaba, pero no había llegado a expresarlo en voz alta. Por muy inmortal que fuera Aiko, usarla de carnada humana ante una posible intrusión del Uchiha era un acto bastante sucio...
—Mira, Daruu, con todo el cariño te lo digo, ¿eh? Pero si tenías pensada alguna otra putadita para hacerme… NO ME LA CUENTES. En serio, ¡prefiero no saberlo! Lo pasado, pasado está y vivo mejor en la ignorancia. Gracias por tu sinceridad, de corazón, pero no más.
—Aiko es inmortal —dijo Daruu, como si aquella fuese una excusa válida—. No le iba a pasar nada. Pero vale, no te cuento más. Tampoco es que hubiera muchas.
»Y sobre el mensaje… —continuó, tras tomar aire dos veces y serenarse—. No, no tiene por qué ser de forma inmediata. Me es lo mismo que sea mañana que dentro de tres meses, la verdad. Con que me deis la palabra que se lo diréis al menos este año, yo satisfecho. Mi idea es la siguiente: A lo mejor nuestros Kages celebran otro de esos torneos para festejar la Alianza, ¿no? O hacen otro Chunin juntos.
«Otro examen de Chūnin...» Pensó Ayame, con una ligera punzada en el pecho. Y entonces se dio cuenta de algo. De algo en lo que no había reparado hasta el momento y que la hizo sentirse aún peor: Datsue lucía una placa dorada en el brazo. Uchiha Datsue era Jōnin. Y mientras tanto ella... La muchacha apartó la mirada, con una opresiva sensación en el pecho.
—Y quizá, solo quizá, Yui acuda. Y yo lo haga también —continuaba el Uchiha—. Lo que me gustaría que le dijeseis es que, si eso se produce… Bueno, quiero que le digáis que estaría encantado de tener un combate con ella. ¡Uno amistoso, por supuesto! Un duelo… para medir nuestras fuerzas.
BOOM. Segunda flecha a la cabeza.
—Te has vuelto loco. Definitivamente —sentenció Ayame, aún boquiabierta.
—¿Amistoso? —dijo Daruu—. ¿Esperas que me lo crea? Tú eres capaz de intentar matarla. Según cómo hablas de ella. No pienso tomar partido en algo así. Si quieres retarla hazlo tú mismo.
—¿Pero por qué quieres luchar contra nuestro Kage? —preguntó Ayame. Y es que, lo mirara por donde lo mirara, no le encontraba el sentido...
Más allá de las suposiciones de su pareja.
Aquello era justamente lo que Ayame pensaba, pero no había llegado a expresarlo en voz alta. Por muy inmortal que fuera Aiko, usarla de carnada humana ante una posible intrusión del Uchiha era un acto bastante sucio...
—Mira, Daruu, con todo el cariño te lo digo, ¿eh? Pero si tenías pensada alguna otra putadita para hacerme… NO ME LA CUENTES. En serio, ¡prefiero no saberlo! Lo pasado, pasado está y vivo mejor en la ignorancia. Gracias por tu sinceridad, de corazón, pero no más.
—Aiko es inmortal —dijo Daruu, como si aquella fuese una excusa válida—. No le iba a pasar nada. Pero vale, no te cuento más. Tampoco es que hubiera muchas.
»Y sobre el mensaje… —continuó, tras tomar aire dos veces y serenarse—. No, no tiene por qué ser de forma inmediata. Me es lo mismo que sea mañana que dentro de tres meses, la verdad. Con que me deis la palabra que se lo diréis al menos este año, yo satisfecho. Mi idea es la siguiente: A lo mejor nuestros Kages celebran otro de esos torneos para festejar la Alianza, ¿no? O hacen otro Chunin juntos.
«Otro examen de Chūnin...» Pensó Ayame, con una ligera punzada en el pecho. Y entonces se dio cuenta de algo. De algo en lo que no había reparado hasta el momento y que la hizo sentirse aún peor: Datsue lucía una placa dorada en el brazo. Uchiha Datsue era Jōnin. Y mientras tanto ella... La muchacha apartó la mirada, con una opresiva sensación en el pecho.
—Y quizá, solo quizá, Yui acuda. Y yo lo haga también —continuaba el Uchiha—. Lo que me gustaría que le dijeseis es que, si eso se produce… Bueno, quiero que le digáis que estaría encantado de tener un combate con ella. ¡Uno amistoso, por supuesto! Un duelo… para medir nuestras fuerzas.
BOOM. Segunda flecha a la cabeza.
—Te has vuelto loco. Definitivamente —sentenció Ayame, aún boquiabierta.
—¿Amistoso? —dijo Daruu—. ¿Esperas que me lo crea? Tú eres capaz de intentar matarla. Según cómo hablas de ella. No pienso tomar partido en algo así. Si quieres retarla hazlo tú mismo.
—¿Pero por qué quieres luchar contra nuestro Kage? —preguntó Ayame. Y es que, lo mirara por donde lo mirara, no le encontraba el sentido...
Más allá de las suposiciones de su pareja.