13/04/2019, 23:57
(Última modificación: 14/04/2019, 00:15 por Aotsuki Ayame. Editado 1 vez en total.)
—Oh, ¡venga ya! ¡Enrollaos un poco! —protestó, visiblemente molesto—. Además, me sobrevaloras demasiado, Daruu, si crees que en un combate uno contra uno podría matar a un Kage.
Ayame le miró alzando una ceja. Y, como si le hubiera leído el pensamiento, el Uchiha se apresuró a corregirse.
—Y lo de Zoku no cuenta. Estaba junto a mi Hermano y le pillamos de sorpresa. En un duelo justo, otro gallo hubiese cantado. Además, que no, leñes. Ni aunque pudiese se me ocurriría. Estoy contento por la paz, no quiero hacer nada más para joderla. De hecho, en el caso hipotético que aceptase, pediría permiso a Hanabi. Todo por lo legal.
—Sí, todo muy lógico —Ayame no pudo evitar interrumpirle, con una risotada. Y entonces continuó, con una voz más grave, imitando la de Datsue—. "Hanabi-sama, ¿tengo su permiso para asesinar a la Arashikage?". ¡No fastidies, Datsue!
—¿Qué le tengo tirria? Pues no os lo voy a negar, no. Como te tenía a ti, Daruu. Y mira qué bien nos fue luchar, ¿eh? Quién sabe sí… Quién sabe. ¿Qué me quiero desahogar dándole un par de hostias? Pues mirad, eso sí lo reconozco. No creo ni de coña que pueda vencerla, pero oye, al menos algo a gusto me quedaría. Y se lo diría yo mismo, pero, ¿cómo? No es que me pueda presentar en Ame un día de buenas a primeras. Por mucha Alianza que haya.
—¿No puedes? Pues dile a Hanabi que la llame por teléfono y que le ofrezca tu combate —respondió Daruu, con otra carcajada. Aunque lo cierto es que aquella solución tenía su punto—. Sea como sea, hazlo tú mismo. Habla las cosas de forma directa, ¿eh? Eso es lo que más valora Yui, igual si se lo decimos nosotros se descojona porque eres un cobarde.
—Entiende nuestra reticencia, Datsue —añadió Ayame, más conciliadora—. Tú mismo has admitido que le tienes mucha tirria a Yui, y ahora de golpe y porrazo nos pides que le digamos que quieres tener un combate con ella. Y siendo sinceros, no eres precisamente un shinobi debilucho recién salido de la Academia. ¡No podemos exponer a nuestra líder a una cosa así!
Ayame le miró alzando una ceja. Y, como si le hubiera leído el pensamiento, el Uchiha se apresuró a corregirse.
—Y lo de Zoku no cuenta. Estaba junto a mi Hermano y le pillamos de sorpresa. En un duelo justo, otro gallo hubiese cantado. Además, que no, leñes. Ni aunque pudiese se me ocurriría. Estoy contento por la paz, no quiero hacer nada más para joderla. De hecho, en el caso hipotético que aceptase, pediría permiso a Hanabi. Todo por lo legal.
—Sí, todo muy lógico —Ayame no pudo evitar interrumpirle, con una risotada. Y entonces continuó, con una voz más grave, imitando la de Datsue—. "Hanabi-sama, ¿tengo su permiso para asesinar a la Arashikage?". ¡No fastidies, Datsue!
—¿Qué le tengo tirria? Pues no os lo voy a negar, no. Como te tenía a ti, Daruu. Y mira qué bien nos fue luchar, ¿eh? Quién sabe sí… Quién sabe. ¿Qué me quiero desahogar dándole un par de hostias? Pues mirad, eso sí lo reconozco. No creo ni de coña que pueda vencerla, pero oye, al menos algo a gusto me quedaría. Y se lo diría yo mismo, pero, ¿cómo? No es que me pueda presentar en Ame un día de buenas a primeras. Por mucha Alianza que haya.
—¿No puedes? Pues dile a Hanabi que la llame por teléfono y que le ofrezca tu combate —respondió Daruu, con otra carcajada. Aunque lo cierto es que aquella solución tenía su punto—. Sea como sea, hazlo tú mismo. Habla las cosas de forma directa, ¿eh? Eso es lo que más valora Yui, igual si se lo decimos nosotros se descojona porque eres un cobarde.
—Entiende nuestra reticencia, Datsue —añadió Ayame, más conciliadora—. Tú mismo has admitido que le tienes mucha tirria a Yui, y ahora de golpe y porrazo nos pides que le digamos que quieres tener un combate con ella. Y siendo sinceros, no eres precisamente un shinobi debilucho recién salido de la Academia. ¡No podemos exponer a nuestra líder a una cosa así!