19/04/2019, 16:59
(Última modificación: 19/04/2019, 17:12 por Umikiba Kaido. Editado 1 vez en total.)
El escualo cruzó esa última esquina con la nariz moviéndose de un lado a otro, ansiosa. Aturdida por los vestigios del humo que se lograba escapar por algunas cuántas rendijas, y el hedor a muerte que empezaba a azotar las calles de Tanzaku Gai.
—Puede que este sitio sea un agujero, pero hay gente en esta ciudad que lo tenía dentro de sus intereses... Al saber que ha quedado reducido a cenizas, buscarán culpables. Ni una sola persona de las que está ahí dentro va a vivir para contarlo, pero aun así, esto no es seguro... Tenemos que airearnos un rato, dejar que el asunto se enfríe. He confiado en ti y me has respondido con la misma moneda, así que creo que no piensas amarrarme mientras duerma y entregarme a Uzushiogakure. A partir de ahí, podemos trabajar juntos.
La mano fuerte de Umikiba Kaido se alzó solemne y cerró aquél pacto con la honorabilidad de dos criminales. Un apretón que sellaría una alianza a la que más de uno en Oonindo tendría que temer.
—Ya te lo dije, Akame. No gano absolutamente nada con entregarte a Uzushiogakure o, en todo caso, con haberte rajado el puto cuello una hora atrás. Considero que, lo que he hecho por Uchiha Akame esta noche es una inteligente inversión a futuro. Soy una bestia que reconoce el poder de otras. No desmerezco las habilidades de nadie. Si sirven a mi propósito, las aúpo. ¿Entiendes a dónde voy, verdad?
»Este mundo trata imperiosamente de hacernos creer que no nos merecemos un lugar en él. No pueden estar más equivocados. ¿Sabes por qué? porque sí que tenemos un rincón donde podemos ser útiles. Donde se nos puede valorar por lo que realmente somos. A ese lugar se le llama caos, Akame. Y te estoy invitando a unirte a él. A ser parte de algo más importante —soltó con la convicción de un general militar—. pero para saber más tienes que ganarte de todo mi confianza. Tienes que mostrarme que estás conmigo y no contra mí. Podemos trabajar en eso en el camino al País del Agua...
... ¿vienes?
—Puede que este sitio sea un agujero, pero hay gente en esta ciudad que lo tenía dentro de sus intereses... Al saber que ha quedado reducido a cenizas, buscarán culpables. Ni una sola persona de las que está ahí dentro va a vivir para contarlo, pero aun así, esto no es seguro... Tenemos que airearnos un rato, dejar que el asunto se enfríe. He confiado en ti y me has respondido con la misma moneda, así que creo que no piensas amarrarme mientras duerma y entregarme a Uzushiogakure. A partir de ahí, podemos trabajar juntos.
La mano fuerte de Umikiba Kaido se alzó solemne y cerró aquél pacto con la honorabilidad de dos criminales. Un apretón que sellaría una alianza a la que más de uno en Oonindo tendría que temer.
—Ya te lo dije, Akame. No gano absolutamente nada con entregarte a Uzushiogakure o, en todo caso, con haberte rajado el puto cuello una hora atrás. Considero que, lo que he hecho por Uchiha Akame esta noche es una inteligente inversión a futuro. Soy una bestia que reconoce el poder de otras. No desmerezco las habilidades de nadie. Si sirven a mi propósito, las aúpo. ¿Entiendes a dónde voy, verdad?
»Este mundo trata imperiosamente de hacernos creer que no nos merecemos un lugar en él. No pueden estar más equivocados. ¿Sabes por qué? porque sí que tenemos un rincón donde podemos ser útiles. Donde se nos puede valorar por lo que realmente somos. A ese lugar se le llama caos, Akame. Y te estoy invitando a unirte a él. A ser parte de algo más importante —soltó con la convicción de un general militar—. pero para saber más tienes que ganarte de todo mi confianza. Tienes que mostrarme que estás conmigo y no contra mí. Podemos trabajar en eso en el camino al País del Agua...
... ¿vienes?