27/04/2019, 18:52
(Última modificación: 27/04/2019, 18:53 por Umikiba Kaido.)
No fue hasta que vieron la estampida de presos abandonar las áreas comunes que Kaido entendió lo que había sucedido. Ese manojo de llaves tendrían que haberlo sacado de un sólo lugar, y ese era...
«¡Mierda!»
—Tokore, lleva a Razaro a un lugar seguro mientras das la alerta a los guardias que quedan aquí arriba. Resguárdate con él y espéranos —le imperó—. ¡Muñeca, sígueme!
Y Kincho salió corriendo en dirección a las puertas que daban hacia el piso -2.
—Una vez abajo, alerta a los guardias que hay una fuga masiva y que les necesitamos arriba. Sólo tú tienes la voz y por las llaves de tu henge, eres un carcelero habitual ahí abajo.
¿Su idea?
peinar el segundo piso y aprovechar la desgracia resultante del robo de sus llaves para que creara una distracción importante, y poder controlar él junto a Masumi el piso donde se encontraba Zaide.
«¡Mierda!»
—Tokore, lleva a Razaro a un lugar seguro mientras das la alerta a los guardias que quedan aquí arriba. Resguárdate con él y espéranos —le imperó—. ¡Muñeca, sígueme!
Y Kincho salió corriendo en dirección a las puertas que daban hacia el piso -2.
—Una vez abajo, alerta a los guardias que hay una fuga masiva y que les necesitamos arriba. Sólo tú tienes la voz y por las llaves de tu henge, eres un carcelero habitual ahí abajo.
¿Su idea?
peinar el segundo piso y aprovechar la desgracia resultante del robo de sus llaves para que creara una distracción importante, y poder controlar él junto a Masumi el piso donde se encontraba Zaide.