29/04/2019, 01:33
Para la sorpresa de Kaido, el sonido de la bocina correctora no fue suficiente para detener a Barba Roja. ¡Seguía dando por culo! y logró destruir la primera bocina. Sólo quedaba una.
—¡Jodeeeeeeeer! —espetó, mientras daba los pasos suficientes y a una velocidad considerable que le permitiese recortar la distancia a los cinco metros necesarios, al unísono de que Barba Roja recargaba la ballesta, y arrojó un kunai directo a su cuello, que coincidió también con el súbito destello del filo, expandido en una luz incandescente gracias a la potenciación de su chakra a través del arma. Sin embargo, y por las dudas, un segundo kunai volaría también con bastante destreza hasta el corazón de aquél hombre. Kaido tenía buena puntería.
El bunshin, por otro lado —y sin dejar de tocar la bocina—. volteó a ver a Muñeca.
—¡El bunshin, joder, el bunshin! ¡hay que matarla!
—¡Jodeeeeeeeer! —espetó, mientras daba los pasos suficientes y a una velocidad considerable que le permitiese recortar la distancia a los cinco metros necesarios, al unísono de que Barba Roja recargaba la ballesta, y arrojó un kunai directo a su cuello, que coincidió también con el súbito destello del filo, expandido en una luz incandescente gracias a la potenciación de su chakra a través del arma. Sin embargo, y por las dudas, un segundo kunai volaría también con bastante destreza hasta el corazón de aquél hombre. Kaido tenía buena puntería.
El bunshin, por otro lado —y sin dejar de tocar la bocina—. volteó a ver a Muñeca.
—¡El bunshin, joder, el bunshin! ¡hay que matarla!