1/05/2019, 04:28
—Antes de alistarme en la Academia de las Olas, fui entrenado por otra persona. Alguien ajeno a Uzushiogakure —admitió Akame, como preámbulo de una historia a la mar de interesante—. Se esperaba algo de mí a cambio, pero mi lealtad siempre estuvo con el Remolino. Al final, acabé pagando por ello, incluso aunque me había negado a traicionar a los míos. Fui destruído por los mismos a los que quería proteger.
Irónico, desde luego. ¿Sorprendente? ya no tanto.
—No, Akame. No fuiste destruido. Fuiste liberado —añadió, enigmático—. yo de ti les estaría más agradecido.
»Oye, por cierto... hace dos noches, fui a mear y no estabas en tu camilla. Eran las putas tres de la mañana. ¿Se puede saber en dónde estabas metido, cariño?
Irónico, desde luego. ¿Sorprendente? ya no tanto.
—No, Akame. No fuiste destruido. Fuiste liberado —añadió, enigmático—. yo de ti les estaría más agradecido.
»Oye, por cierto... hace dos noches, fui a mear y no estabas en tu camilla. Eran las putas tres de la mañana. ¿Se puede saber en dónde estabas metido, cariño?