4/05/2019, 23:29
Pero, si Kaido hacía el esfuerzo de arrugar un poco los ojos y de oír, como nunca antes lo había hecho, los recuerdos de una aventura pasada surcaría su memoria como una inyección de adrenalina. Resultaba increíble y a veces inaudito—y esto ya se lo había dicho a sí mismo en más de una ocasión, la última vez tras encontrar a Akame de refilón, hediondo y drogado en Tanzaku—. lo grande que era Oonindo en toda su extensión, y aún así, qué pequeño podía ser el mundo a veces.
El hombre gordo al que no había reconocido en un principio era Shenfu Kano. Un amigo del pasado. El hombre cuya solicitud de misión, allá en Taikarune, le indujo finalmente a Dragón Rojo. De una u otra forma, con Kano el cocainómano había empezado el viaje de Umikiba Kaido hacia el exilio.
Una sonrisa afilada se dibujó en su rostro. Alegre de ver un viejo rostro, de ver un viejo barco. ¡Y hostias, el puto barco! ¡Era Baratie! ¿cómo mierda no lo había reconocido?
—Kano, coño, Kano... ¿te di la oportunidad de comenzar una nueva vida lejos de los problemas, y lo primero que me dices es que estás metido en una gorda, después de casi un año? —soltó entre risillas, mientras le daba dos palmadas amigables en la espalda—. ¿qué te pasa ahora, viejo amigo? ¿no te querrán robar el puto Baratie de nuevo, no?
Un chiste de mal gusto, cuando Akame quería hacer lo propio hace dos minutos atrás.
El hombre gordo al que no había reconocido en un principio era Shenfu Kano. Un amigo del pasado. El hombre cuya solicitud de misión, allá en Taikarune, le indujo finalmente a Dragón Rojo. De una u otra forma, con Kano el cocainómano había empezado el viaje de Umikiba Kaido hacia el exilio.
Una sonrisa afilada se dibujó en su rostro. Alegre de ver un viejo rostro, de ver un viejo barco. ¡Y hostias, el puto barco! ¡Era Baratie! ¿cómo mierda no lo había reconocido?
—Kano, coño, Kano... ¿te di la oportunidad de comenzar una nueva vida lejos de los problemas, y lo primero que me dices es que estás metido en una gorda, después de casi un año? —soltó entre risillas, mientras le daba dos palmadas amigables en la espalda—. ¿qué te pasa ahora, viejo amigo? ¿no te querrán robar el puto Baratie de nuevo, no?
Un chiste de mal gusto, cuando Akame quería hacer lo propio hace dos minutos atrás.