5/05/2019, 01:48
Akame fumó otra calada mientras veía al capitán. En ese momento no tuvo claro si las intenciones de Kaido habían sido las mismas que las suyas —él sólo quería largarse de allí, sin importar mucho por encima de quién tuviera que pasar—, o si sus palabras habían hecho más mal que bien a la causa. Pero, de cualquier modo, supo que el Tiburón era quien llevaba la voz cantante... Así que volvió a replegarse a su zona de segundo plano para seguir fumando aquel cigarrillo con el que estaba taponando sus ganas de quitarle a Shenfu Kano el chivato y esnifarse toda aquella nieve en el culo de alguna de las prostitutas que supuestamente frecuentaban su camerino.