5/05/2019, 22:17
No lo creía, lo sabía. Se notaba. Pero bueno, así era Shaneji, un minimalista. Capaz de adaptarse a las condiciones, como un hijo del mar. ¿Lo iba a culpar por disfrutar de los pocos placeres de la vida que valían la pena dentro del negocio del omoide? pues... pues no.
El escualo se dirigió a la mujer como si fuera un manojo de sangre. Se echó a la cama, acomodándose en la almohada y la rodeó con las manos. Miró a Kano con una sonrisa y ejecutó un sello, distraído, al percatarse en ese instante que... a su perro de caza se le había soltado la correa. ¡Puff!
un Kage Bunshin apareció a un lado de la cama.
—Búscalo y ayúdalo a controlarse, nos espera un largo viaje.
—Joder. ¡Joder! bueno... bueno. Disfruta por mí, bacalao.
La mano de Kaido empezó a acariciar, juguetona, los lugares más prohibidos y sensibles de la mujer mientras veía a su clon alejarse.
—Hubiera llegado antes, pero tuve un par de percances en el camino mientras volvía de Inaka. De todas formas, ya tendremos tiempo de ponernos al día de todo lo que pasó. Ahora necesito que hablemos de algo importante —miró a Kano, soslayo—. ¿porqué no me contaste que tenías a mi viejo amigo Shenfu Kano cogido por los huevos, eh? ¿no crees que... merecía saberlo?
Kaido el bunshin le siguió el paso a Akame. No iba a ser muy difícil rastrearlo, porque era evidente que su espíritu de drogadicto le iba a llevar hacia el epicentro de aquél fortísimo aroma. Continuó su paso hasta los exteriores de la bodega, en silencio, sin perturbar el avance del Uchiha hasta que pudiera ver su reacción. No podía atacarlo por perder los estribos si no lo presenciaba directamente. Tenía que darle un poquito de confianza. Al menos.
El escualo se dirigió a la mujer como si fuera un manojo de sangre. Se echó a la cama, acomodándose en la almohada y la rodeó con las manos. Miró a Kano con una sonrisa y ejecutó un sello, distraído, al percatarse en ese instante que... a su perro de caza se le había soltado la correa. ¡Puff!
un Kage Bunshin apareció a un lado de la cama.
—Búscalo y ayúdalo a controlarse, nos espera un largo viaje.
—Joder. ¡Joder! bueno... bueno. Disfruta por mí, bacalao.
La mano de Kaido empezó a acariciar, juguetona, los lugares más prohibidos y sensibles de la mujer mientras veía a su clon alejarse.
—Hubiera llegado antes, pero tuve un par de percances en el camino mientras volvía de Inaka. De todas formas, ya tendremos tiempo de ponernos al día de todo lo que pasó. Ahora necesito que hablemos de algo importante —miró a Kano, soslayo—. ¿porqué no me contaste que tenías a mi viejo amigo Shenfu Kano cogido por los huevos, eh? ¿no crees que... merecía saberlo?
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Kaido el bunshin le siguió el paso a Akame. No iba a ser muy difícil rastrearlo, porque era evidente que su espíritu de drogadicto le iba a llevar hacia el epicentro de aquél fortísimo aroma. Continuó su paso hasta los exteriores de la bodega, en silencio, sin perturbar el avance del Uchiha hasta que pudiera ver su reacción. No podía atacarlo por perder los estribos si no lo presenciaba directamente. Tenía que darle un poquito de confianza. Al menos.