9/05/2019, 17:24
Incluso en su estado, Akame se mantenía alerta. Acababa de realizar una jugada arriesgada y todavía estaba por ver si había sido la correcta. Kaido rompió a reír, aparentemente complacido, aunque el Uchiha no sabía si realmente aprobaba sus palabras o más bien estaba tratando de quitarle hierro al asunto antes de que todo se complicara. Sin embargo, y aunque respondió a la invitación del Tiburón con un leve asentimiento de cabeza, Akame estaba con la mirada fija en Shaneji; nunca había que perder de vista a un potencial enemigo. Cuando el primo Hōzuki de Kaido empezó a hablar con aquel tono de voz suyo que estaba empezando a irritar realmente al joven renegado, éste supo que algo malo iba a pasar. Lo intuía. Había visto a muchos tipos peligrosos a lo largo de su corta vida y sabía bien que la gente como Shaneji era volátil como una caja de petardos; por lo que había aprendido a distinguir cuándo estaban a punto de explotar.
El brazo del Hōzuki se infló como un globo —un jutsu que Akame ya conocía— y los ojos del Uchiha brillaron con un reflejo de sangre en respuesta. Éste no se encontraba en condiciones de pelear, temblando por el síndrome de abstinencia y mareado por el olor del omoide, pero gracias a su Dōjutsu y a los reflejos que éste le otrogaba, se sintió con fuerzas de intentar una esquiva. «Ese golpe viene directo, sin complicaciones.» El Uchiha trató de echarse a un lado para evitar el puñetazo hiperanabolizado de Shaneji. Si lo conseguía, rodaría un momento por el suelo para luego incorporarse rápidamente, con los ojos fijos en su enemigo.
Durante unos tensos instantes, que se le hicieron eternos, Akame se debatió sobre si...
«No. Aún no.»
El brazo del Hōzuki se infló como un globo —un jutsu que Akame ya conocía— y los ojos del Uchiha brillaron con un reflejo de sangre en respuesta. Éste no se encontraba en condiciones de pelear, temblando por el síndrome de abstinencia y mareado por el olor del omoide, pero gracias a su Dōjutsu y a los reflejos que éste le otrogaba, se sintió con fuerzas de intentar una esquiva. «Ese golpe viene directo, sin complicaciones.» El Uchiha trató de echarse a un lado para evitar el puñetazo hiperanabolizado de Shaneji. Si lo conseguía, rodaría un momento por el suelo para luego incorporarse rápidamente, con los ojos fijos en su enemigo.
Durante unos tensos instantes, que se le hicieron eternos, Akame se debatió sobre si...
«No. Aún no.»