17/05/2019, 13:26
—¿Qué atentado? Del que te hablé a la tarde. De alguien colándose en la Villa y matando a dos de los nuestros.
Claro, es verdad. Me había hablado de él. Y tenía sentido y al mismo tiempo no que fuera Akame. Por un lado, el se conocía la villa y su localización, pero por otro...¿Por que haría Akame algo así?
—Estaba muerto, eso te lo aseguro yo. Lo vi. Hanabi lo vio. Era él. Pero está vivo, Reiji. ¿Quién se lo hubiese imaginado, hmm? Que alguien podría volver de la muerte. Nunca nadie ha logrado superar ese muro. Ni escalarlo, ni tirarlo abajo, o rodearlo
Detsue me estaba devolviendo mis propias palabras como un luchador le devolvía los golpes a su rival. Mas fuertes de lo que él los había recibido.
—. La mayoría ni siquiera lo cree posible. Y sin embargo, Akame, o alguien que le ayudó, dijo: voy a derribarlo. Por muy imposible que le pareciese, y estoy seguro de que por años así fue, siguió intentándolo. Sin rendirse. Por mucho que todo estuviese en su contra, por mucho que las posibilidades de conseguirlo fuesen cero, lo hizo.
Y ¿Por que? Por que sabía que podía hacerlo. Por que tenia una razón para hacerlo. Pero ¿Cual era mi motivación para pegarme cabezazos contra el muro? ¿Satisfacción personal?
—Por eso me hacía gracia cuando me decías que te era imposible superar tu pared, Reiji. Porque en estos últimos años, he visto a gente enfrentarse a cosas mucho más imposibles…
Si. Gente con talento, gente con posibilidades. El Cero era una mentira cuando sabias que existía una muy pequeña probabilidad. Nadie se tira de un acantilado sabiendo que sus probabilidades de vivir son cero.
—…y ya ves el resultado.
—Si, pero hay una gran diferencia. Esa persona, sabía que podía hacerlo. Era consciente de que había una posibilidad por pequeña que fuera. Tenían una motivación. Yo sin embargo...
Yo solo era el hijo de un herrero. Un espadachín sin mas. No había nada especial en mi. Nada. No había una motivación. No había talento. No había una posibilidad mínima, en mi caso, la probabilidad siempre era del cero por ciento.
—Yo solo he sido un chico que creía que podía ser ninja con una espada. Y lo fui. Un ninja inútil, pero lo fui. Valgo para bajar gatos de los arboles, para limpiar las calles de la ciudad o hacer cualquier tarea que pudiera hacer un civil común. Pero ¿Para proteger a alguien? ¿Para enfrentarme a nuestros enemigos?
¿Cobarde? Seguramente, pese a lo que dijeran los demás, eso es lo que era, un cobarde. Un cobarde por que tenia miedo de intentar seguir a delante. Un cobarde por que tenia miedo a salir de la zona de confort que había conseguido.
Inútil. Cobarde. Siempre con dudas. ¿Que derecho tenia yo a ser un ninja? ¿Quien quería alguien así entre sus filas? Por qué ni yo mismo me querría.
—Si aún no he vuelto a por mi bandana es por una razón. Es por que la bandana pesa demasiado para alguien como yo. Es por que aún no se por que tengo que llevarla. ¿Quien quiere a un shinobi que después de dejar su bandana, vuelve a por ella todavía con dudas de si es o no es digno portador de ella? No se lo que quiero Datsue, no lo se. Te digo lo mismo que le dije a Hanabi. Me ahogo. Me hundo en un mar de dudas y no se como nadar hacia fuera.
»Tengo miedo de volver a equivocarme, de perder la única luz que he visto en toda la tormenta que tengo en mi interior.
Claro, es verdad. Me había hablado de él. Y tenía sentido y al mismo tiempo no que fuera Akame. Por un lado, el se conocía la villa y su localización, pero por otro...¿Por que haría Akame algo así?
—Estaba muerto, eso te lo aseguro yo. Lo vi. Hanabi lo vio. Era él. Pero está vivo, Reiji. ¿Quién se lo hubiese imaginado, hmm? Que alguien podría volver de la muerte. Nunca nadie ha logrado superar ese muro. Ni escalarlo, ni tirarlo abajo, o rodearlo
Detsue me estaba devolviendo mis propias palabras como un luchador le devolvía los golpes a su rival. Mas fuertes de lo que él los había recibido.
—. La mayoría ni siquiera lo cree posible. Y sin embargo, Akame, o alguien que le ayudó, dijo: voy a derribarlo. Por muy imposible que le pareciese, y estoy seguro de que por años así fue, siguió intentándolo. Sin rendirse. Por mucho que todo estuviese en su contra, por mucho que las posibilidades de conseguirlo fuesen cero, lo hizo.
Y ¿Por que? Por que sabía que podía hacerlo. Por que tenia una razón para hacerlo. Pero ¿Cual era mi motivación para pegarme cabezazos contra el muro? ¿Satisfacción personal?
—Por eso me hacía gracia cuando me decías que te era imposible superar tu pared, Reiji. Porque en estos últimos años, he visto a gente enfrentarse a cosas mucho más imposibles…
Si. Gente con talento, gente con posibilidades. El Cero era una mentira cuando sabias que existía una muy pequeña probabilidad. Nadie se tira de un acantilado sabiendo que sus probabilidades de vivir son cero.
—…y ya ves el resultado.
—Si, pero hay una gran diferencia. Esa persona, sabía que podía hacerlo. Era consciente de que había una posibilidad por pequeña que fuera. Tenían una motivación. Yo sin embargo...
Yo solo era el hijo de un herrero. Un espadachín sin mas. No había nada especial en mi. Nada. No había una motivación. No había talento. No había una posibilidad mínima, en mi caso, la probabilidad siempre era del cero por ciento.
—Yo solo he sido un chico que creía que podía ser ninja con una espada. Y lo fui. Un ninja inútil, pero lo fui. Valgo para bajar gatos de los arboles, para limpiar las calles de la ciudad o hacer cualquier tarea que pudiera hacer un civil común. Pero ¿Para proteger a alguien? ¿Para enfrentarme a nuestros enemigos?
¿Cobarde? Seguramente, pese a lo que dijeran los demás, eso es lo que era, un cobarde. Un cobarde por que tenia miedo de intentar seguir a delante. Un cobarde por que tenia miedo a salir de la zona de confort que había conseguido.
Inútil. Cobarde. Siempre con dudas. ¿Que derecho tenia yo a ser un ninja? ¿Quien quería alguien así entre sus filas? Por qué ni yo mismo me querría.
—Si aún no he vuelto a por mi bandana es por una razón. Es por que la bandana pesa demasiado para alguien como yo. Es por que aún no se por que tengo que llevarla. ¿Quien quiere a un shinobi que después de dejar su bandana, vuelve a por ella todavía con dudas de si es o no es digno portador de ella? No se lo que quiero Datsue, no lo se. Te digo lo mismo que le dije a Hanabi. Me ahogo. Me hundo en un mar de dudas y no se como nadar hacia fuera.
»Tengo miedo de volver a equivocarme, de perder la única luz que he visto en toda la tormenta que tengo en mi interior.