17/05/2019, 16:24
—Entonces lucha, joder. Pero de verdad. Entrena como el shinbobi que sé que eres. Y cuando llegue ese día, aunque fracases, al menos lo harás sin el remordimiento de pensar que podrías haber dado más de ti.
»¿No confías en ti mismo? ¡Entonces confía en mí!
¿Podía? Parecía que la respuesta era que si. Las palabras de Datsue hacían mella en la muralla que yo mismo parecía haber levantado a mi alrededor, y que no dejaba salir él agua. Sus palabras tenían... Algo.
—. ¡Déjame ayudarte! ¡Sé que puedo hacerte más fuerte de lo que jamás creerías! ¡De lo que jamás nadie creería!
¿Eso seria posible? Si me lo hubiese planteado yo mismo, mirándome al espejo, la respuesta parecía obvia. Pero, pese a no conocerme, Datsue había insistido, se había pegado cabezazos contra mi muro. Merecía mi confianza.
—¡Pero basta de dudas, joder! ¡Basta de ahogos, de paredes y de su puta madre en vinagre! ¿Qué me dices? ¿¡Estás conmigo!?
—Esta bien. Confiaré en ti. Pero... —Aun había una cosa que tenía que hacer. —Antes de volver a por mi bandana, necesito tres semanas. Cosas de padres. Un castigo mas bien... —Estaba advertido, claro, pero no esperaba que fuese tan pronto. Nunca hubiera imaginado a donde me iba a llevar la insistencia de Datsue. —¿Me acompañaras al despacho de Hanabi-sama a por la bandana?
En realidad, podía ir yo solito, pero me dió por preguntar...
»¿No confías en ti mismo? ¡Entonces confía en mí!
¿Podía? Parecía que la respuesta era que si. Las palabras de Datsue hacían mella en la muralla que yo mismo parecía haber levantado a mi alrededor, y que no dejaba salir él agua. Sus palabras tenían... Algo.
—. ¡Déjame ayudarte! ¡Sé que puedo hacerte más fuerte de lo que jamás creerías! ¡De lo que jamás nadie creería!
¿Eso seria posible? Si me lo hubiese planteado yo mismo, mirándome al espejo, la respuesta parecía obvia. Pero, pese a no conocerme, Datsue había insistido, se había pegado cabezazos contra mi muro. Merecía mi confianza.
—¡Pero basta de dudas, joder! ¡Basta de ahogos, de paredes y de su puta madre en vinagre! ¿Qué me dices? ¿¡Estás conmigo!?
—Esta bien. Confiaré en ti. Pero... —Aun había una cosa que tenía que hacer. —Antes de volver a por mi bandana, necesito tres semanas. Cosas de padres. Un castigo mas bien... —Estaba advertido, claro, pero no esperaba que fuese tan pronto. Nunca hubiera imaginado a donde me iba a llevar la insistencia de Datsue. —¿Me acompañaras al despacho de Hanabi-sama a por la bandana?
En realidad, podía ir yo solito, pero me dió por preguntar...