19/05/2019, 21:17
—¿Contigo? Hmm… Está bien.
En realidad...¿Por que le había pedido que me acompañara? Había sido mas un impulso que otra cosa. Ni siquiera sabía si era buena o mala idea.
— En tres semanas, ven a llamarme, e iremos juntos.
Estreché la mano de Datsue cuando me lo ofreció. Quizás me había vuelto a equivocar, como cuando decidí entrar en la Academia. Quizás esta decisión terminara por ahogarme. Sin embargo, confiaba en Datsue.
Quizás esta vez fuese diferente. Antes me había enfrente a todo yo solo. Pero ahora parecía que tenia a alguien que me tendería una mano si me estaba ahogando. Tal vez, ahora, pudiera avanzar.
—Iré a buscarte por la mañana. Sobre las diez.
Yo tenia intención de madrugar, pero no de hacer madrugar a Datsue. De cualquier modo, mi entrenamiento matutino era inamovible.
Acompañé de vuelta a Datsue hasta su casa. Hice el camino de vuelta, aunque tenia cosas en mente, pero era mejor no hablar. No, después de todo aquello lo mejor era el silencio.
Las tres semanas se me hicieron etarnas, pero eran necesarias. Al menos lo eran para mi padre. Le entendía, y me lo merecía. Pero al fin había llegado el día.
A las diez, como le había dicho, me presente en casa de Datsue vestido con un uwagi de manga corta y color rojo. Y aunque hacia calor, llevaba mi hakama negro. Para mi era lo mas comodo. Ademas, cogido por el lazo, cargaba un paquete envuelto en una tela azul, poco mas largo y alto que un antebrazo.
En realidad...¿Por que le había pedido que me acompañara? Había sido mas un impulso que otra cosa. Ni siquiera sabía si era buena o mala idea.
— En tres semanas, ven a llamarme, e iremos juntos.
Estreché la mano de Datsue cuando me lo ofreció. Quizás me había vuelto a equivocar, como cuando decidí entrar en la Academia. Quizás esta decisión terminara por ahogarme. Sin embargo, confiaba en Datsue.
Quizás esta vez fuese diferente. Antes me había enfrente a todo yo solo. Pero ahora parecía que tenia a alguien que me tendería una mano si me estaba ahogando. Tal vez, ahora, pudiera avanzar.
—Iré a buscarte por la mañana. Sobre las diez.
Yo tenia intención de madrugar, pero no de hacer madrugar a Datsue. De cualquier modo, mi entrenamiento matutino era inamovible.
Acompañé de vuelta a Datsue hasta su casa. Hice el camino de vuelta, aunque tenia cosas en mente, pero era mejor no hablar. No, después de todo aquello lo mejor era el silencio.
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Las tres semanas se me hicieron etarnas, pero eran necesarias. Al menos lo eran para mi padre. Le entendía, y me lo merecía. Pero al fin había llegado el día.
A las diez, como le había dicho, me presente en casa de Datsue vestido con un uwagi de manga corta y color rojo. Y aunque hacia calor, llevaba mi hakama negro. Para mi era lo mas comodo. Ademas, cogido por el lazo, cargaba un paquete envuelto en una tela azul, poco mas largo y alto que un antebrazo.