20/05/2019, 14:40
¿Kaido se había marchado con Shaneji, y luego éste último había vuelto?
Akame tardó unos largos instantes en digerir aquella información. «¿Kaido se ha adelantado? ¿Nos esperará en Hibakari? ¿O tal vez me ha abandonado? ¿Fue por que usé mi Sharingan contra Shaneji?» Las manos le temblaban ligeramente, y una gota de sudor recorrió su frente. ¿Estaba a salvo de aquel loco sin Kaido cerca? «No», entendió. No podía estarlo. Shaneji había olido su sangre. Le tenía en el punto de mira. Mientras el Tiburón de Amegakure estuviese cerca, Akame era veda cerrada. Pero ahora...
«Yo soy la presa.»
Eso podría pensarse, ¿no?
Una media sonrisa se dibujó en el rostro del Fénix, que estaba allí parado con la cabeza gacha y la mirada perdida en algún punto entre sus pies. ¿Y si realmente...?
«Es el momento. Ahora o nunca.»
El renegado alzó la mirada para ver a Koshuru y a Tsukare, alternativamente. A la segunda le dedicó una media sonrisa cargada de satisfacción. Cuando habló, su voz todavía conservaba aquel tono calmo similar al rumor de un arroyo, pero había también en ella un matiz más vivo y peligroso. Un matiz depredador.
—Gracias, Tsukare. Tu información ha sido muy útil. Puedes irte.
Una vez se hubiera marchado, Akame escudriñó el rostro de Koshuru. Luego, habló.
—¿Dónde está? La mujer. Necesito hablar con ella, ahora.
Akame tardó unos largos instantes en digerir aquella información. «¿Kaido se ha adelantado? ¿Nos esperará en Hibakari? ¿O tal vez me ha abandonado? ¿Fue por que usé mi Sharingan contra Shaneji?» Las manos le temblaban ligeramente, y una gota de sudor recorrió su frente. ¿Estaba a salvo de aquel loco sin Kaido cerca? «No», entendió. No podía estarlo. Shaneji había olido su sangre. Le tenía en el punto de mira. Mientras el Tiburón de Amegakure estuviese cerca, Akame era veda cerrada. Pero ahora...
«Yo soy la presa.»
Eso podría pensarse, ¿no?
Una media sonrisa se dibujó en el rostro del Fénix, que estaba allí parado con la cabeza gacha y la mirada perdida en algún punto entre sus pies. ¿Y si realmente...?
«Es el momento. Ahora o nunca.»
El renegado alzó la mirada para ver a Koshuru y a Tsukare, alternativamente. A la segunda le dedicó una media sonrisa cargada de satisfacción. Cuando habló, su voz todavía conservaba aquel tono calmo similar al rumor de un arroyo, pero había también en ella un matiz más vivo y peligroso. Un matiz depredador.
—Gracias, Tsukare. Tu información ha sido muy útil. Puedes irte.
Una vez se hubiera marchado, Akame escudriñó el rostro de Koshuru. Luego, habló.
—¿Dónde está? La mujer. Necesito hablar con ella, ahora.