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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Oh, pero Kaido no iba a permitir que Nathifa se saliese con la suya. No, él había sido entrenado desde que tenía uso de memoria para ser implacable, tenaz, e ir un paso siempre por delante que su enemigo. Por eso, en una situación en la que claramente estaba en desventaja numérica, era importante revertir la situación…

… y ordenarle a Nathifa que pusiese fin a la vida de sus esclavos.

La mujer que trabajaba para ella, de unos sesenta años, corrió hacia los dos para intentar proteger a su jefa. Aunque para ella, era mucho más que su jefa. Era…

¡¡¡AAAAAAGGGGGGHHHHH!!! —Su voz se rompió del dolor. Muñeca le había cortado el paso y agarrado del brazo. No había necesitado más.

Contra las cuerdas, y viendo a una de las pocas personas que le importaban en aquel mundo en peligro, Nathifa lloró. Lloró de rabia. De impotencia. De vergüenza. De… asco. Quería matarles a todos. Quería arrancarles la cabeza y beber de ellas. No les servían ni de esclavos. Pero, por encima de todo, quería…

…vivir.

¡Cortaos el propio cuello! ¡Ahora!

Ella daba las órdenes, y los esclavos cumplían.

La mujer de cejas rubias iluminó sus manos de chakra azul. Las pasó entonces por su cuello, de un rápido y seco movimiento, como alguien que hace el gesto de: corta el rollo. En aquel caso, se cortó la propia garganta. La sangre no salió a raudales en un potente y constante chorro, como pasaba en algunas películas. Sino que lo hizo de manera intermitente, variando intensidad, como un grifo averiado. Su rostro, calmo, como si nada estuviese pasando. Poco después su cuerpo se desplomó en el suelo dando violentas sacudidas.

La otra mujer, de cejas rojas y mirada clara, creó un chidori con la mano que usó para empalarlo en su propia garganta. Su mano la atravesó por completa, quedando anclada dentro de ella y desplomándose casi en el acto de espaldas.

El hombre avanzó hacia Muñeca con pasos muy rápidos. Desenvainó el khopesh de la cintura de ella, justo cuando Muñeca daba un salto hacia atrás, alarmada. Acto seguido, no obstante, se lanzó un tajo a sí mismo. La hoja atravesó la mitad del cuello y se quedó ahí, atascada. El esclavo trató de moverla, para abrir todavía más la herida. Pero por alguna razón sus fuerzas le fallaban. Cuando se quiso dar cuenta, ya se estaba desplomando.

Y quedaba el último hombre para dar el broche final a aquel sangriento espectáculo. Uno con la cabeza rapada, con varias finas cicatrices cubriéndole el rostro y una espesa barba. Uchiha Zaide. Se llevó una mano al cuello, allí donde tenía una bandana ninja tatuada, pero sin ningún símbolo en la placa. En su lugar, una larga cicatriz hacía de tachón, como si fuese una bandana rasgada. Pasó sus uñas por ella y…

Hmm, ¿no hay otra manera? Ya me corté el cuello una vez, y no me gustó demasiado la sensación. —Sonrió. Esta vez de manera más amplia a cómo Kaido le había entrevisto nada más entrar al pasillo.

¿Qu-qué… Qué? ¡Que te cortes el cuello, he dicho! ¡Hazlo esclavo! ¡Hazlo!

Pero Uchiha Zaide no se movió.

No... no es... posible —farfulló la anciana, tirada en el suelo. No dejaba de mirar el kanji que tenía en la frente Zaide. Y, aún así, por algún motivo desconocido... no obedecía.
[Imagen: ksQJqx9.png]

¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado



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Mensajes en este tema
(II) La Prisión del Yermo - por Uchiha Datsue - 28/03/2019, 02:49
RE: (II) La Prisión del Yermo - por Uchiha Datsue - 22/05/2019, 01:21


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