22/05/2019, 14:06
Pese a que la cama era cómoda, al Uchiha estaba empezando a dolerle la espalda, así que mientras Shikari hablaba sobre aquellas arpías que querían robar Baratie —y probablemente asesinar a Shaneji, cosa que ya era físicamente imposible—, Akame tomó la otra silla del camarote y la colocó ligeramente frente a la puta, aun sin cogerle el frontal directo. No era una buena idea ponerte justo delante de alguien a quien querías convencer de que no ibas a atacar; la mejor opción era adoptar una posición menos agresiva. Y eso hizo el renegado, sentándose mientras seguía fumando y escuchando lo que Shikari le contaba.
«Tres ninjas renegadas del País del Rayo, me cago en todo. Seguro que son prófugas de Kusa, ¿o tal vez de Ame? Ese nombre... "Trillizas de la Tormenta". Tal vez sea una burla hacia su antigua Aldea.»
Cuando la prostituta terminó su breve relato, Akame asintió, complacido. Dejó que una leve sonrisa se dibujase en su rostro durante apenas un instante antes de verbalizar su agradecimiento.
—Bien, Shikari, bien. Te agradezco tu sinceridad —y luego agregó—. ¿Qué más sabes de ellas? Como ya te estarás imaginando, ahora que me has contado esto, nuestros destinos están ligados. Si ellas nos encuentran y nos matan, no creo que vayas a correr mejor suerte. Así que, cuanta más información útil me des acerca de esas tres, mejor podré protegernos. ¿Qué aspecto tienen?
Akame era consciente de que tenía un filón de información al alcance de la mano, pero también de que si aparentaba estar demasiado ansioso por conseguirla, podría dar la sensación de que quería exprimir a Shikari para quitársela de encima cuanto antes. «Y no es así, querida, no.»
«Tres ninjas renegadas del País del Rayo, me cago en todo. Seguro que son prófugas de Kusa, ¿o tal vez de Ame? Ese nombre... "Trillizas de la Tormenta". Tal vez sea una burla hacia su antigua Aldea.»
Cuando la prostituta terminó su breve relato, Akame asintió, complacido. Dejó que una leve sonrisa se dibujase en su rostro durante apenas un instante antes de verbalizar su agradecimiento.
—Bien, Shikari, bien. Te agradezco tu sinceridad —y luego agregó—. ¿Qué más sabes de ellas? Como ya te estarás imaginando, ahora que me has contado esto, nuestros destinos están ligados. Si ellas nos encuentran y nos matan, no creo que vayas a correr mejor suerte. Así que, cuanta más información útil me des acerca de esas tres, mejor podré protegernos. ¿Qué aspecto tienen?
Akame era consciente de que tenía un filón de información al alcance de la mano, pero también de que si aparentaba estar demasiado ansioso por conseguirla, podría dar la sensación de que quería exprimir a Shikari para quitársela de encima cuanto antes. «Y no es así, querida, no.»