22/05/2019, 21:13
Akame alzó una ceja, escéptico. Ya sabía lo de la sobrina de Shenfu Kano —una tal Koe— a la que Shaneji había secuestrado y tenía amenazada de muerte, so pena el viejo capitán desobedeciese sus órdenes. Era la pieza clave con la que tenían retenido al gordo cocainómano y a su embarcación, que —Akame no tuvo muchos problemas para deducirlo— debía ser perfecta para contrabandear. Grande, recia, resistente para navegar el Mar. Con una amplia bodega para llenarla de omoide y hacer una maldita fortuna. Fue en ese momento cuando el Uchiha se dio verdadera cuenta de la cantidad de dinero que llevaban a bordo, porque le bastó un simple cálculo y remontarse a los tiempos en los que él la consumía para sacar una estimación. «La puta madre...»
—¿Quién te prometió eso? ¿Shaneji? —quiso saber, con una mirada que venía a decir "las promesas de un muerto se van con él a la tumba". Pero luego agregó, con un tono muy distinto. Más cauto—. ¿O Kaido?
De la respuesta de Shenfu Kano podían depender muchas, muchas cosas. «Canallas, hay muchas más formas de conseguir que la gente colabore, joder. Aunque si fue idea de esa bestia de Shaneji, no me extraña. ¿Por qué mierda simplemente no le ofrecieron un porcentaje de las ganancias al Capitán Chanquete? Parece la clase de persona que vendería a su madre por un fajo de billetes.»
—¿Quién te prometió eso? ¿Shaneji? —quiso saber, con una mirada que venía a decir "las promesas de un muerto se van con él a la tumba". Pero luego agregó, con un tono muy distinto. Más cauto—. ¿O Kaido?
De la respuesta de Shenfu Kano podían depender muchas, muchas cosas. «Canallas, hay muchas más formas de conseguir que la gente colabore, joder. Aunque si fue idea de esa bestia de Shaneji, no me extraña. ¿Por qué mierda simplemente no le ofrecieron un porcentaje de las ganancias al Capitán Chanquete? Parece la clase de persona que vendería a su madre por un fajo de billetes.»