23/05/2019, 16:11
El rostro de Akame era como el de una estatua de mármol, impasible ante las súplicas de Shikari, ante sus lloros y ruegos. Pero, ¿lo era su corazón?
—No gastes energías, Shikari. No está en tu mano decidir. Irás ante los Dragones como prueba de fe, y les contarás todo —afirmó el Uchiha, como si ya hubiera ocurrido—. ¿Quieres que te permitan vivir? Entonces tendrás que demostrarles que eres capaz, que eres útil. Que tienes recursos. ¿Tienes recursos, Shikari? ¿Puedes hacer algo más además de comerte un buen nardo?
A un lector podría parecerle que Akame estaba tratando de humillar a la prostituta, o de machacarla, pero la realidad era... Que intentaba hacer justamente lo contrario. Shikari había probado que era dura como la piedra; ¿cuántas personas habrían soportado ser vendidas como esclavas sexuales? ¿Cuántas habrían tenido las agallas para abrirse paso a dentelladas en ese submundo tan cruel? Akame había conocido a mucha gente así en las calles de Tanzaku Gai, y había pocos que duraran mucho. Era pura selección natural; y no la supervivencia del más fuerte, no... Sino la del más apto.
¿Era Shikari lo suficientemente apta para surfear la ola, o moriría engullida por semejante tsunami? Eso era lo que aquel joven Dragón quería comprobar.
—Dime, Shikari... ¿Cuánto tiempo pasaste en los baños termales de Mutsuku?
—No gastes energías, Shikari. No está en tu mano decidir. Irás ante los Dragones como prueba de fe, y les contarás todo —afirmó el Uchiha, como si ya hubiera ocurrido—. ¿Quieres que te permitan vivir? Entonces tendrás que demostrarles que eres capaz, que eres útil. Que tienes recursos. ¿Tienes recursos, Shikari? ¿Puedes hacer algo más además de comerte un buen nardo?
A un lector podría parecerle que Akame estaba tratando de humillar a la prostituta, o de machacarla, pero la realidad era... Que intentaba hacer justamente lo contrario. Shikari había probado que era dura como la piedra; ¿cuántas personas habrían soportado ser vendidas como esclavas sexuales? ¿Cuántas habrían tenido las agallas para abrirse paso a dentelladas en ese submundo tan cruel? Akame había conocido a mucha gente así en las calles de Tanzaku Gai, y había pocos que duraran mucho. Era pura selección natural; y no la supervivencia del más fuerte, no... Sino la del más apto.
¿Era Shikari lo suficientemente apta para surfear la ola, o moriría engullida por semejante tsunami? Eso era lo que aquel joven Dragón quería comprobar.
—Dime, Shikari... ¿Cuánto tiempo pasaste en los baños termales de Mutsuku?