30/05/2019, 13:09
«¿Qué me pasa…?»
Uchiha Zaide, sorprendido, se miró las manos. Por un momento, no logró verlas con claridad. Puntitos de luz y manchas borrosas empañaban su visión, y por un momento se sintió tan débil que tuvo ganas de vomitar, del asco que le dio. Si Kaido le hubiese atacado en aquel instante, supo que no hubiese podido hacer nada para defenderse. Estaba tan débil, tan agotado, que su cuerpo se hubiese negado a derramar ni una gota más de chakra.
Y todo, ¿por qué? ¿Por un mero Kawarimi y un Chidori Eiso? ¿Ese era el ninja mediocre en el que se había convertido? El veneno de Katame le había jodido los pulmones, y el omoide jugó su papel atrofiándole. ¿Acaso todavía pagaba por ello? ¿O simplemente era que tanto tiempo en inactivo había mermado su antigua resistencia? No tenía respuestas. Lo único que sabía era que, en aquellas condiciones, no tenía nada que hacer contra Ryū.
Y eso era jodidamente frustrante.
—Eh, ¡chico! ¡Quiero saber quien es el ninja que me puso en tantos aprietos! ¿¡Cuál es tu nombre!?
En aquellos momentos, Umikiba Kaido estaba entretenido subiendo a Muñeca a una porción de techo que había caído. Por surrealista que pareciese, su cuerpo seguía con vida. A veces pasaba, en uno de cada cien. Dependiendo de por dónde entraba y salía la bala, de si no dejaba fragmentos… A veces, ocurría que la víctima no moría en el acto, que tardaba unos agónicos minutos. Pero, ¿quería eso decir que se podía salvar? ¿Cuándo aún por encima no había ningún ninja médico alrededor?
No parecía posible.
Los grandes chorros que caían desde arriba pronto desaparecerían para unirse con el último piso, inundándolo todo, y dando vía libre a los dos para nadar hasta el segundo piso, que se había quedado parcialmente lleno de agua. De hecho, en aquellos instantes apenas podían sacar la cabeza para respirar. No había más espacio.
Uchiha Zaide, sorprendido, se miró las manos. Por un momento, no logró verlas con claridad. Puntitos de luz y manchas borrosas empañaban su visión, y por un momento se sintió tan débil que tuvo ganas de vomitar, del asco que le dio. Si Kaido le hubiese atacado en aquel instante, supo que no hubiese podido hacer nada para defenderse. Estaba tan débil, tan agotado, que su cuerpo se hubiese negado a derramar ni una gota más de chakra.
Y todo, ¿por qué? ¿Por un mero Kawarimi y un Chidori Eiso? ¿Ese era el ninja mediocre en el que se había convertido? El veneno de Katame le había jodido los pulmones, y el omoide jugó su papel atrofiándole. ¿Acaso todavía pagaba por ello? ¿O simplemente era que tanto tiempo en inactivo había mermado su antigua resistencia? No tenía respuestas. Lo único que sabía era que, en aquellas condiciones, no tenía nada que hacer contra Ryū.
Y eso era jodidamente frustrante.
—Eh, ¡chico! ¡Quiero saber quien es el ninja que me puso en tantos aprietos! ¿¡Cuál es tu nombre!?
En aquellos momentos, Umikiba Kaido estaba entretenido subiendo a Muñeca a una porción de techo que había caído. Por surrealista que pareciese, su cuerpo seguía con vida. A veces pasaba, en uno de cada cien. Dependiendo de por dónde entraba y salía la bala, de si no dejaba fragmentos… A veces, ocurría que la víctima no moría en el acto, que tardaba unos agónicos minutos. Pero, ¿quería eso decir que se podía salvar? ¿Cuándo aún por encima no había ningún ninja médico alrededor?
No parecía posible.
Los grandes chorros que caían desde arriba pronto desaparecerían para unirse con el último piso, inundándolo todo, y dando vía libre a los dos para nadar hasta el segundo piso, que se había quedado parcialmente lleno de agua. De hecho, en aquellos instantes apenas podían sacar la cabeza para respirar. No había más espacio.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado