31/05/2019, 02:26
Una voz conocida, pero que no había oído desde hace mucho tiempo, le llamó con una monotonía familiar. Daruu se giró como un resorte, en parte por el susto, en parte por incredulidad. Pero sobre todas esas partes, por la añoranza de reencontrarse con un buen amigo.
—¡MOGURA! —exclamó, y recortó la distancia de cinco grandes zancadas. Le dio una palmada en el hombro—. ¡Pero bueno! ¡Ya creía que habías desaparecido! —Se señaló la placa dela manga derecha—. Mira, mira. Ya no eres el único chūnin.
—¡MOGURA! —exclamó, y recortó la distancia de cinco grandes zancadas. Le dio una palmada en el hombro—. ¡Pero bueno! ¡Ya creía que habías desaparecido! —Se señaló la placa dela manga derecha—. Mira, mira. Ya no eres el único chūnin.