15/11/2015, 16:21
El chico rubio se quedó sentado mirando a la peliazul, aunque esta no tardó en darle la espalda al pobre shinobi que estaba más perdido que él mismo cuando sale de la villa. ¿A que estaba jugando Eri? Le ignora durante todo un mes y ahora de repente le besaba y ahora le volvia a dar la espalda. Era obvio que creia que se habia equivocado así que lo más probable era que se hubiera dejado llevar por un impulso y ahora volviera a odiarle. Para Nabi, la sensación que le transmitia la kunoichi era que no queria estar allí con él.
Al ver como la peliazul repudiaba su presencia y le daba la espalda, el muchacho se tumbó. Tenia sueño, y hambre, y se sentia sucio teniendo arena en todas partes ya, suspiró. ¿Que demonios se suponia que debia hacer? Ya le costaba entender a sus compañeros de equipo que entre los dos sumaban tres neuronas y media, como para entender a una mujer. En comparación, era como si Eri tuviera que despertar el sharingan ahora mismo. El nivel de dificultad era el mismo, imposible. ¿Por que le habia besado? ¿Por que le daba la espalda? ¿Donde estaba la camara oculta?
Pudo escuchar a Eri murmurar algo para si misma, mirando en la dirección contraria a él y con un tono de voz más que bajo, apenas pudo notar si decia algo o se lo acababa de imaginar. Pero algo eclipsó este hecho para el rubio. De repente, ambos pudieron escuchar unos ladridos en la lejania, Nabi se sentaria mirando a todos lados, pero no veia al animal por ninguna parte. Hasta que finalmente, miró al único sitio desde donde era totalmente imposible que vinieran los ladridos. El mar. Y así era.
Un can nadaba al estilo perro, mar afuera mientras soltaba ladridos alegres periodicamente. Lo que Eri tendria que haber hecho era huir, sin embargo, algo retendria a la muchacha. Habia reconocido los ladridos, aunque habia crecido un poco, tal vez un bastante, ese chucho pulgoso que venia de mar adentro, era Mike. Y así, entre pitos y flautas, alcanzó tierra. Marchó directo y a toda velocidad hacia Eri.
Nabi reaccionó rapido, no porque la peliazul estuviera en peligro, pero haber, habia peligro. Agarró al perro en carrera y lo sujetó contra el suelo.
¡VETE, ERI! ¡AHORA!
Los ojos de Mike estaban totalmente inyectados en sangre, como si algo en su interior se hubiera despertado buscando venganza, con un sentimiento inmenso de colera. De hecho, si se fijaba bien. El perro estaba lleno de plumas, en su pelo, entre las garras, entre los dientes, algunas ensangrentadas. El animal ya no parecia reconocer a ninguno de los dos, luchaba desesperadamente por liberarse mientras el rubio intentaba retenerle sin causarle daño. ¿Qué estaba pasando? ¿Qué iba a hacer Eri? ¿Haria caso a Nabi? ¿Sudaria de él como siempre? Todo eso y mucho más en el siguiente episodio.
Al ver como la peliazul repudiaba su presencia y le daba la espalda, el muchacho se tumbó. Tenia sueño, y hambre, y se sentia sucio teniendo arena en todas partes ya, suspiró. ¿Que demonios se suponia que debia hacer? Ya le costaba entender a sus compañeros de equipo que entre los dos sumaban tres neuronas y media, como para entender a una mujer. En comparación, era como si Eri tuviera que despertar el sharingan ahora mismo. El nivel de dificultad era el mismo, imposible. ¿Por que le habia besado? ¿Por que le daba la espalda? ¿Donde estaba la camara oculta?
Pudo escuchar a Eri murmurar algo para si misma, mirando en la dirección contraria a él y con un tono de voz más que bajo, apenas pudo notar si decia algo o se lo acababa de imaginar. Pero algo eclipsó este hecho para el rubio. De repente, ambos pudieron escuchar unos ladridos en la lejania, Nabi se sentaria mirando a todos lados, pero no veia al animal por ninguna parte. Hasta que finalmente, miró al único sitio desde donde era totalmente imposible que vinieran los ladridos. El mar. Y así era.
Un can nadaba al estilo perro, mar afuera mientras soltaba ladridos alegres periodicamente. Lo que Eri tendria que haber hecho era huir, sin embargo, algo retendria a la muchacha. Habia reconocido los ladridos, aunque habia crecido un poco, tal vez un bastante, ese chucho pulgoso que venia de mar adentro, era Mike. Y así, entre pitos y flautas, alcanzó tierra. Marchó directo y a toda velocidad hacia Eri.
Nabi reaccionó rapido, no porque la peliazul estuviera en peligro, pero haber, habia peligro. Agarró al perro en carrera y lo sujetó contra el suelo.
¡VETE, ERI! ¡AHORA!
Los ojos de Mike estaban totalmente inyectados en sangre, como si algo en su interior se hubiera despertado buscando venganza, con un sentimiento inmenso de colera. De hecho, si se fijaba bien. El perro estaba lleno de plumas, en su pelo, entre las garras, entre los dientes, algunas ensangrentadas. El animal ya no parecia reconocer a ninguno de los dos, luchaba desesperadamente por liberarse mientras el rubio intentaba retenerle sin causarle daño. ¿Qué estaba pasando? ¿Qué iba a hacer Eri? ¿Haria caso a Nabi? ¿Sudaria de él como siempre? Todo eso y mucho más en el siguiente episodio.
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)