8/07/2019, 23:32
—¡Pero muchacho! ¡Cómo se te ocurre decir algo así en un momento como este!
Me llevé las manos a la cabeza, las enormes manos de Katsudon eran como un martillo, y golpeo mi cabeza como mi padre golpeaba el acero.
—Lo siento, me he emocionado y no he podido evitarlo.
Me había salido del alma. Era como una necesidad que tenia que ser saciada y sentía que si no lo hubiera dicho, hubiese explotado. Aún así, después del golpe de katsudon y de enfriar la mente, comprendí que me había precipitado. A parte de mis palabras, hice una pequeña reverencia como disculpa.
Tendría que aprender a controlar mis emociones.
—Caramba, Yuuna-san... me temo que tenemos mucho de qué hablar. Soy Akimichi Katsudon, mano derecha de Hanabi. Creo que no tendrás que llegar a Uzushiogakure. — Por tamaño, era la mano derecha, la izquierda e incluso la barriga de Hanabi. Pese a la seriedad del momento, no pude evitar imaginarlo—. Y, bueno. No tengo problema en compartir contigo la información que tenemos, pero aún así cumpliremos nuestra misión original y viajaremos al Hierro. Tengo una proposición importante que hacerle a vuestra nueva líder, y me temo que tendremos que presentar nuestros respetos ante ella. Estas cosas hay que hablarlas en persona.
Ah vaya, con una muchacha que acaba de conocer y que afirmaba ser la hija de la líder de los samuráis no tenia problema en compartir la información, pero cuando yo, que era de su propia aldea, le preguntaba, no quería contestarme. Por poco y ni siquiera me cuenta los peligros del camino.
—Entonces será mejor que nos pongamos en marcha cuanto antes. Por cierto, Sasaki-san —dijo—. ¿Sabes cuál es una cualidad muy valiosa para un shinobi, para un samurai y también para un herrero?
—La perseverancia.
»La paciencia.
Bueno. Vale. Eso también. Pero yo no estaba impaciente, solo excitado, y no en el sentido sexual de la palabra. Era la primera vez que salia de la aldea en busca de aventuras. Era la primera vez que me cruzaba con un samurái, maestros de la espada.
»Tendrás tu combate. Pero esperaremos al momento apropiado. —El hecho de saber que no había rechazado pelear conmigo ya era suficiente. Yo no tenia prisa.—: Por cierto, todos los samurai aprendemos a cuidar de la salud de nuestras espadas. Gracias, pero Tamashigiri no necesita ningún "médico".
Ella comenzó a descender las escaleras.
Katsudon me miró y se encogió de hombros antes de seguir a la Samurái.
Obviamente seguí a Katsudon.
—No pasa nada — dije cuando logré ponerme a la altura de Katsudon. —Algún día, cuando mi padre se retire y yo herede la forja, mi nombre sera famoso en el mundo entero e incluso los Samuráis querrán tener mis armas. Todo Oonido las querrá.
Me llevé las manos a la cabeza, las enormes manos de Katsudon eran como un martillo, y golpeo mi cabeza como mi padre golpeaba el acero.
—Lo siento, me he emocionado y no he podido evitarlo.
Me había salido del alma. Era como una necesidad que tenia que ser saciada y sentía que si no lo hubiera dicho, hubiese explotado. Aún así, después del golpe de katsudon y de enfriar la mente, comprendí que me había precipitado. A parte de mis palabras, hice una pequeña reverencia como disculpa.
Tendría que aprender a controlar mis emociones.
—Caramba, Yuuna-san... me temo que tenemos mucho de qué hablar. Soy Akimichi Katsudon, mano derecha de Hanabi. Creo que no tendrás que llegar a Uzushiogakure. — Por tamaño, era la mano derecha, la izquierda e incluso la barriga de Hanabi. Pese a la seriedad del momento, no pude evitar imaginarlo—. Y, bueno. No tengo problema en compartir contigo la información que tenemos, pero aún así cumpliremos nuestra misión original y viajaremos al Hierro. Tengo una proposición importante que hacerle a vuestra nueva líder, y me temo que tendremos que presentar nuestros respetos ante ella. Estas cosas hay que hablarlas en persona.
Ah vaya, con una muchacha que acaba de conocer y que afirmaba ser la hija de la líder de los samuráis no tenia problema en compartir la información, pero cuando yo, que era de su propia aldea, le preguntaba, no quería contestarme. Por poco y ni siquiera me cuenta los peligros del camino.
—Entonces será mejor que nos pongamos en marcha cuanto antes. Por cierto, Sasaki-san —dijo—. ¿Sabes cuál es una cualidad muy valiosa para un shinobi, para un samurai y también para un herrero?
—La perseverancia.
»La paciencia.
Bueno. Vale. Eso también. Pero yo no estaba impaciente, solo excitado, y no en el sentido sexual de la palabra. Era la primera vez que salia de la aldea en busca de aventuras. Era la primera vez que me cruzaba con un samurái, maestros de la espada.
»Tendrás tu combate. Pero esperaremos al momento apropiado. —El hecho de saber que no había rechazado pelear conmigo ya era suficiente. Yo no tenia prisa.—: Por cierto, todos los samurai aprendemos a cuidar de la salud de nuestras espadas. Gracias, pero Tamashigiri no necesita ningún "médico".
Ella comenzó a descender las escaleras.
Katsudon me miró y se encogió de hombros antes de seguir a la Samurái.
Obviamente seguí a Katsudon.
—No pasa nada — dije cuando logré ponerme a la altura de Katsudon. —Algún día, cuando mi padre se retire y yo herede la forja, mi nombre sera famoso en el mundo entero e incluso los Samuráis querrán tener mis armas. Todo Oonido las querrá.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)