10/07/2019, 05:12
Ken se detuvo a observar el interior de la tienda en la que se encontraba, la misma tenía unas grandes repisas en la que se podían ver todo tipo de espadas, escudos, hachas, mazos y todo tipo de armas de hierro parecía una armería, si justamente eso era, si alguien conocía a los mejores herreros de la ciudad debía de ser el dueño de una armería y esta parecía estar muy bien surtida, además tenía una buena ubicación en la entrada del pueblo lo que le permitía captar clientes recién llegados.
El único problema ahora era recordar los nombres de los dos herreros que buscaban las chicas, si tendría que hacer memoria.
Tras el exhibidor se encontraba un hombre de unos 40 años gordo y calvo, junto a el un viejo canoso de unos 70 años de cara muy amargada y un chico gordo de unos 20 años de cabello más o menos largo.
La tienda tenia algunos clientes pero aun asi tuvieron tiempo para saludar a ken cuando este se acercó al mostrador tras el cual estaban los ya mencionados.
- ¿En qué puedo ayudarte? – Pregunto el tipo calvo a ken, este trago saliva para luego responder. – Vera señor busco a unos herreros y una espada en particular. – Dijo ken y el anciano que aparentemente era el padre del señor calvo respondio. – No somos una guía de turistas, pero este es el lugar idea si quieres comprar espadas. – El hombre calvo no tardo en responder. – Tranquilo papá, es solo un chico no hay razón para no ser amables con el… ¿dime a quienes buscas y que clase de espada quieres? – Termino preguntándole el señor calvo.
- Por cierto, yo soy rikku, él es mi padre, el gordito de la esquina es shun lee, y esta es mi tienda de espadas y empeños. – dijo el hombre calvo presentándose con propiedad abriendo sus brazos para señalar que todo lo que veía era suyo.
Ken no sabía cómo tomar los comentarios anteriores del viejo pero el sujeto calvo parecía ser buena gente. – Bien, para empezar busco al maestro forjador shaku… y los otros son… - intentaba acordarse de los nombres pero no lo lograba. – [color=#FF4000]Akiya…sha o era akiyama y kaoro… o era kaoto.. algo así eran sus nombres, la espada que busco es de akiyama eso creo. – Comento ken sin estar seguro de haber dicho bien los nombres.
Una sonrisa se formó en el rostro del señor rikku y no tardo en contestar. – Shaku es una leyenda, los otros dos creo que también son herreros famosos, si son quienes creo que son… y sobre la espada no, no tengo espadas de ningún akiyama pero si tengo varias del maestro Shaku, si te interesan… por ser un chico tan joven interesado en las espadas podría hacerte un buen descuento por alguna espada de shaku. -
Ken levanto sus manos para negar, no buscaba comprar espadas del señor shaku sino encontrarlo. – No, no, solo quiero encontrar al señor shaku y a los otros herreros. – Diría ken.
El hombre calvo se molestó un poco. – En ese caso no puedo ayudarte, pero si quieres ganarte un dinero extra podría comprarte eso que traes allí. – Señalo la kodachi en la cintura de ken y este negó nuevamente, ya se estaba tardando mucho. – Eh, no gracias, tiene un valor sentimental para mí.. – Dijo eso declinando la oferta del señor rikku.
- Como quieras, de cualquier forma tengo muchas espadas de muchos herreros por aquí puedes dar un vistazo por si alguna te interesa. – Le dijo el calvo y ken asintió. – Gracias creo que vendre después, ahora tengo que encontrar a esas personas. – Y dicho eso salió a la calle, esperando ver allí a las chicas para decirles que no había tenido suerte pero que había encontrado una interesante tienda de espadas donde con algo de suerte podría estar la que buscaba ranko, después de todo, había la posibilidad de que hubiese sido vendida o empeñada por alguna extraña razón pero tendrían que perder tiempo investigando en esa tienda.
El único problema ahora era recordar los nombres de los dos herreros que buscaban las chicas, si tendría que hacer memoria.
Tras el exhibidor se encontraba un hombre de unos 40 años gordo y calvo, junto a el un viejo canoso de unos 70 años de cara muy amargada y un chico gordo de unos 20 años de cabello más o menos largo.
La tienda tenia algunos clientes pero aun asi tuvieron tiempo para saludar a ken cuando este se acercó al mostrador tras el cual estaban los ya mencionados.
- ¿En qué puedo ayudarte? – Pregunto el tipo calvo a ken, este trago saliva para luego responder. – Vera señor busco a unos herreros y una espada en particular. – Dijo ken y el anciano que aparentemente era el padre del señor calvo respondio. – No somos una guía de turistas, pero este es el lugar idea si quieres comprar espadas. – El hombre calvo no tardo en responder. – Tranquilo papá, es solo un chico no hay razón para no ser amables con el… ¿dime a quienes buscas y que clase de espada quieres? – Termino preguntándole el señor calvo.
- Por cierto, yo soy rikku, él es mi padre, el gordito de la esquina es shun lee, y esta es mi tienda de espadas y empeños. – dijo el hombre calvo presentándose con propiedad abriendo sus brazos para señalar que todo lo que veía era suyo.
Ken no sabía cómo tomar los comentarios anteriores del viejo pero el sujeto calvo parecía ser buena gente. – Bien, para empezar busco al maestro forjador shaku… y los otros son… - intentaba acordarse de los nombres pero no lo lograba. – [color=#FF4000]Akiya…sha o era akiyama y kaoro… o era kaoto.. algo así eran sus nombres, la espada que busco es de akiyama eso creo. – Comento ken sin estar seguro de haber dicho bien los nombres.
Una sonrisa se formó en el rostro del señor rikku y no tardo en contestar. – Shaku es una leyenda, los otros dos creo que también son herreros famosos, si son quienes creo que son… y sobre la espada no, no tengo espadas de ningún akiyama pero si tengo varias del maestro Shaku, si te interesan… por ser un chico tan joven interesado en las espadas podría hacerte un buen descuento por alguna espada de shaku. -
Ken levanto sus manos para negar, no buscaba comprar espadas del señor shaku sino encontrarlo. – No, no, solo quiero encontrar al señor shaku y a los otros herreros. – Diría ken.
El hombre calvo se molestó un poco. – En ese caso no puedo ayudarte, pero si quieres ganarte un dinero extra podría comprarte eso que traes allí. – Señalo la kodachi en la cintura de ken y este negó nuevamente, ya se estaba tardando mucho. – Eh, no gracias, tiene un valor sentimental para mí.. – Dijo eso declinando la oferta del señor rikku.
- Como quieras, de cualquier forma tengo muchas espadas de muchos herreros por aquí puedes dar un vistazo por si alguna te interesa. – Le dijo el calvo y ken asintió. – Gracias creo que vendre después, ahora tengo que encontrar a esas personas. – Y dicho eso salió a la calle, esperando ver allí a las chicas para decirles que no había tenido suerte pero que había encontrado una interesante tienda de espadas donde con algo de suerte podría estar la que buscaba ranko, después de todo, había la posibilidad de que hubiese sido vendida o empeñada por alguna extraña razón pero tendrían que perder tiempo investigando en esa tienda.