11/07/2019, 20:09
Katsudon no estaba nada convencido de que los samuráis fueran a querer jamás las armas de Reiji. Como ya le había explicado al chico, los samurai eran un pueblo aislacionista y autárquico. Y si había algo para lo que fueran realmente proteccionistas eso eran sus espadas. Sabía bien que las forjaban ellos mismos y que no aceptaban acero que no fuese de su patria. ¡Joder, ni siquiera estaba seguro de que se considerasen parte de Oonindo!
Los tres salieron del edificio y se encaminaron hacia Yamiria. El viaje fue largo y el silencio era tan denso que ni una de esas dichosas katanas podría haberlo cortado. Si en el grupo de los dos de Uzushio no había mucha confianza todavía, en el nuevo trío era prácticamente inexistente.
Pero llegaron. Llegaron de noche. A aquellas horas la ciudad todavía era un bullicio. Quizás a aquellas horas comenzaba a serlo. Ya se veía, incluso, al ocasional grupo de jóvenes algo contentillos, agarrados de los brazos, que cantaban canciones despectivas sobre cierto país del oeste.
—Quién fuera joven.
—¿Para emborracharte necesitas ser joven?
—No. Para aguantarlo sí.
Los tres salieron del edificio y se encaminaron hacia Yamiria. El viaje fue largo y el silencio era tan denso que ni una de esas dichosas katanas podría haberlo cortado. Si en el grupo de los dos de Uzushio no había mucha confianza todavía, en el nuevo trío era prácticamente inexistente.
Pero llegaron. Llegaron de noche. A aquellas horas la ciudad todavía era un bullicio. Quizás a aquellas horas comenzaba a serlo. Ya se veía, incluso, al ocasional grupo de jóvenes algo contentillos, agarrados de los brazos, que cantaban canciones despectivas sobre cierto país del oeste.
—Quién fuera joven.
—¿Para emborracharte necesitas ser joven?
—No. Para aguantarlo sí.
![[Imagen: MsR3sea.png]](https://i.imgur.com/MsR3sea.png)
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