21/07/2019, 01:14
Ranko asintió, muy alegre, y despidió al peliblanco con una última reverencia y un gesto con la mano.
"Su curiosidad es realmente… curiosa."
—Ranko-sama. Llegó algo para usted.
Uno de los sirvientes de la familia Sagisō entró al jardín con un paquete y una carta en sus manos. La kunoichi estaba practicando con su flauta sobre uno de los pilares ornamentales de la estancia. Bajó de un salto y tomó los objetos antes de dedicarle un "G-gracias" al sirviente, y que éste se marchase.
Algo confusa, Ranko se alegró mucho al ver que el remitente era Hanamura Kazuma, quien había conocido dos semanas atrás en un evento de poesía.
—¿Será posible…?
La chica abrió el sobre y leyó la carta, emocionada. No hubo segundo sin que tuviese una enorme sonrisa en sus labios. Dobló el papel de nuevo, pensando que lo guardaría junto con la libreta que Kazuma le había regalado, y se dispuso a abrir el paquete. Su rostro se iluminó mucho más al ver el título en la portada.
—Talentos emergentes... Suena tan lindo. —Pensó si sería raro hojear el libro para ver si su poesía había sido seleccionada, pero el índice lo detuvo. Lo revisó detenidamente, con el corazón brincando de la emoción, hasta que encontró el par de páginas que buscaba.
Una sonrisa gigantesca alumbraría su rostro al ver su propio haiku, firmado como Hakuto, así como El gato, de Kazuma, impresos en un libro de poesía.
Esta vez no hubo pena de que cientos de personas leyeran su obra. Sólo un gran sentimiento de victoria, una victoria confirmada, dulce y emotiva. Un paso pequeño, y a la vez enorme, para que Sagisō Ranko se hiciera más fuerte, y sus amistades más largas de lo que esperaba.
"Su curiosidad es realmente… curiosa."
—Ranko-sama. Llegó algo para usted.
Uno de los sirvientes de la familia Sagisō entró al jardín con un paquete y una carta en sus manos. La kunoichi estaba practicando con su flauta sobre uno de los pilares ornamentales de la estancia. Bajó de un salto y tomó los objetos antes de dedicarle un "G-gracias" al sirviente, y que éste se marchase.
Algo confusa, Ranko se alegró mucho al ver que el remitente era Hanamura Kazuma, quien había conocido dos semanas atrás en un evento de poesía.
—¿Será posible…?
La chica abrió el sobre y leyó la carta, emocionada. No hubo segundo sin que tuviese una enorme sonrisa en sus labios. Dobló el papel de nuevo, pensando que lo guardaría junto con la libreta que Kazuma le había regalado, y se dispuso a abrir el paquete. Su rostro se iluminó mucho más al ver el título en la portada.
—Talentos emergentes... Suena tan lindo. —Pensó si sería raro hojear el libro para ver si su poesía había sido seleccionada, pero el índice lo detuvo. Lo revisó detenidamente, con el corazón brincando de la emoción, hasta que encontró el par de páginas que buscaba.
Una sonrisa gigantesca alumbraría su rostro al ver su propio haiku, firmado como Hakuto, así como El gato, de Kazuma, impresos en un libro de poesía.
Esta vez no hubo pena de que cientos de personas leyeran su obra. Sólo un gran sentimiento de victoria, una victoria confirmada, dulce y emotiva. Un paso pequeño, y a la vez enorme, para que Sagisō Ranko se hiciera más fuerte, y sus amistades más largas de lo que esperaba.
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